La gran mentira (con matices) del dinero en el fútbol

Vía de Escape

Cuando me refiero, tantas veces, siguiendo la voz del oráculo, que en el fútbol no deben elevar casi nada a definitivo, también se lo aplico a los artículos como  éste. En él voy a relativizar la importancia del dinero en el fútbol, casi hasta llevarlo a lo ridículo, pero siempre dentro de unos parámetros, sé perfectamente que sin dinero no se puede ir a ningún lado. Antes de que llegaran a nuestras vidas los jeques o millonarios en general (inversores me niego a llamarlos), o quizá a la vez, ya veíamos el fenómeno del más dinero en Inglaterra. Todos los equipos de la Premier eran (son) ricos, pero el United ficha como lo ha hecho el Manchester toda su vida, lo mismo que Arsenal, Tottenham, Liverpool... Los jeques y esos otros millonarios a veces se saltan ese orden natural del fútbol y ponen a un equipo en otro escalón al que ocupaban. En esos casos sí se nota lo del dinero extra. De repente el PSG firma como si fuera el Barcelona, y le arranca un megafutbolista como Neymar. O vemos al City alocado. O el Chelsea, ya consolidado entre los grandes de verdad, porque el gasto de grande lleva estabilizado desde hace décadas casi. Aparece el fenómeno China... Efectivamente, hay equipos o Ligas que pasan de un nivel a otro por esa vía. Otros van pasito a pasito de la mano de los triunfos y de ese crecimiento deportivo que trae un crecimiento económico. Apuntemos a Dortmund y Sevilla en ese grupo.

Pero sigamos hablando de Inglaterra y su dinero. Sube un día a la Premier el Swansea, y de repente tiene más dinero que el Atlético de Madrid, pero en el Atleti jugaba Falcao y en el Swansea Cañas y Pozuelo. Pobre, siempre pongo el ejemplo de Cañas, David, el primo o sobrino de Juan José, que es un futbolista de equipo medio, que cuando los clubes cobraban diez millones de televisión él estaba en  250.00 euros de ficha, y cuando se dispararon los contratos audiovisuales pues pasó a cobrar un millón de euros limpios. Pero Cañas era el mismo, un futbolista más, en España o en Inglaterra, rico o pobre. No quiero desmerecer al incombustible Cañas, sólo abundar en la diferencia de sueldo de un momento de su carrera a otro sin que mediase una mejoría notable de su juego. Ni empeoramiento. 

Pasemos a España, y sin irnos diez años atrás, o cinco, vamos a la actualidad. Ahora, los equipos cobran un pastón. Menos que el Swansea. El Sevilla estará en los 70 millones por Liga más los 20 más o menos por Champions, a lo que hay que sumar lo del Sevilla Atlético, que también deja su pasta, de hecho cobra lo mismo o más de lo que cobraba el primer plantel hace quince años. Y el Sevilla, porque está en ese escalón de clase media-alta de Europa (por sus triunfos más que por su dinero) pues firma a un delantero de su nivel, casi top. Antes pagaba por Negredo 14 millones (lo del Madrid siempre es caro), y 10 por Gameiro, 8 ó 9 por Bacca... Buenos delanteros del segundo escalón que alguno de ellos pasarían al primer nivel por rendimiento en un equipo como el Sevilla. Y ahora ficha a Muriel por el doble. Hace dos años, el Muriel de turno costaba ocho, ahora vale 20, porque hay el doble de dinero de la tele. Pero Muriel, bueno, malo o regular, es el mismo, es el delantero de nivel medio-alto al que puede aspirar el Sevilla y que si acierta, y rinde a nivel top, pues deja algún título y más dinero, para pagar por el próximo 25 millones, pero seguro que dentro del nivel Sevilla, excepto irrupción fugaz (Málaga) o permanente (Chelsea) de algún millonario. O si da un insperado salto en su rendimiento deportivo y pasa al momento Mónaco, por ejemplo. A sus competidores les pasa lo mismo. El Celta, rival pero por debajo, pues antes firmaba a Revivo, y ahora a Emre Mor. Antes pagaba dos millones y ahora 13. Sigue por detrás del Sevilla, en el mismo status. Los grandes beneficiados del dinero extra, del maná, son los jugadores, sus representantes, los intermediarios y los personajes que trincan y se relamen en el panal de rica miel por la mismísima cara.

Y ahora, siguiendo con el Sevlla, le piden 20 millones (pero trincarían 14 seguro), por Arana, el aspirante a ser Adriano. Y le piden 20 por Berge, un niño (sensato por lo que le leo) que no vale eso ni por asomo, aunque lo paguen. Hay mil ejemplos más. Se pelea todo un año por la Champions, se dice que económicamnete te sitúa en otro nivel, pero todo el dinero que deja se lo lleva un Muriel en un abrir y cerrar de ojos. Quizá sea el momento de reflexionar. Y de centrar parte de ese dinero extra en otra dirección más de futuro. Quizá sea el momento de darle buena parte de ese dinero de más a Pablo Blanco y Agustín López para pujar y a veces ganar con otros equipos del mundo por 'fabricar' al nuevo Messi, allá donde se esté gestando. Pero sobre todo darle ese dinero para que el Málaga, su gran competidor en cantera, no se le adelante con lo que puede ser bueno de lo más cercano. Porque es mil veces más fácil que triunfe en el Sevilla o en el Betis un niño de Los Palacios que un coreano  contratado por Nike con once años. Adelantarse en la jugada. Luego, si esos niños dan un salto, pues terminarán en el PSG o el Madrid, claro que sí, el orden natural o el artificial del inflado mundo del balompié profesional.  El mercado no está loco, ni las personas que acuden a él, los que estamos locos somos los que gastamos un euro en él.