Mentiras, estafas y porteros que juegan a la pelota

Vía de Escape

Paco Cepeda 10/09/2017

Me van a permitir la exageración, porque lógicamente no pienso que un portero obligado a jugar con los pies sea peor que un señor que tima a una ancianita, por ejemplo, pero quiero poner ese acento para hablar de esa estupidez futbolística de querer que el portero de un equipo participe como un miembro más de la defensa en la circulación del balón. Hay varias razones, a cual más de peso. Y no propongo que el portero de un equipo de fútbol profesional no sepa darle. Ni digo que si tiene que lanzar un voleón, la mande a la grada en vez de ponerla en la zona donde estén los delanteros y los medios más altos de su equipo. Tampoco digo que no sepa, cuando sea obligatorio, darle un pase con sentido a un lateral o un extremo, como cuando lanzan un contragolpe con las manos. No me refiero a esa obviedad. Me quiero referir a que un portero, o un señor que juega dentro de su área, sea portero o central como Koeman, no debe participar en la circulación, pero nunca, aunque sea Koeman, porque el fallo, de Adán o de Baressi, es ruina total, porque no hay solución cuando se pifia en esa zona. Además, no tiene sentido porque no conozco a ningún equipo que presione a una defensa en la salida de balón con más efectivos que los zagueros. Los de atrás son siempre mayoría, así que para qué uno más en esa estafa de tener controlado el balón donde sólo te puedes hacer daño a ti mismo. No logras nada o casi nada incluso cuando todo va bien y el portero se la da al medio centro propio saltándose la presión de un delantero. No merece la pena, de verdad. Así que muy mal Adán por no controlar la pelota como debe, pero mucho peor el culpable intelectual de que ese balón estuviera por allí, su entrenador, posiblemente un técnico que no encaja con esta plantilla y que la empeora, por lo que veo por ahora. Si además, el idéologo de esa mentira futbolística tarda tanto en sacar al mejor del último día, Guardado, y quita a Sergio León para meter a Sanabria, con menos gol que yo, pues a mí la verdad es que me deja un cuerpo regularcito. Y ojito con ese tipo de entrenadores alegritos, con esos equipos que dicen querer jugar bien, porque con el viento en contra son carne de cañón. Ojito.