Más Energía Plus que Betis

Vía de Escape

Paco Cepeda 30/10/2017

Lorenzo Serra Ferrer va tarde, muy tarde, en su obligado aprendizaje express de baloncesto. El Real Betis Energía Plus, más Energía Plus que Betis, más antiguo Betis que el nuevo de Serra, lleva seis partidos de Liga y seis derrotas, con al menos cuatro ridículos espantosos. Pero ni mucho menos es lo más escandaloso. El baloncesto es el reducto de mando de esa gente del Betis que no está a las órdenes de Serra, que ya estaba antes, cuando todo era en blanco y negro. El virrey es Ramón Alarcón, con mando en plaza por delegación expresa de Ángel Haro. Tienen allí recogido a Fernando Moral, el dirigente que llevó al abismo al Caja y que ahora acumula fracasos constantes en el Real Betis Energía Plus, más Energía Plus que Betis. Su única virtud conocida en este mundo de la gestión deportiva, lo mismo es un fenómeno en el resto de campos profesionales del mundo mundial, es ser amigo de sus amigos, de los que mandan. Y el señor Moral, siendo ya estructura Betis, un Betis de cien millones de euros, mantenido en el cargo sin mérito contraido alguno, mantiene a su vez a un entrenador que no le ganaba ni le gana a nadie, pero tiene las santas narices de señalar como culpables de la crisis a cinco trabajadores eficientes y de toda o casi toda la vida. Y se lo autoriza Ramón Alarcón, y por tanto Haro. Un Ramón Alarcón que, con cien millones, y con menos, debería recordar el frío que hace en la calle, el poco tiempo que estuvo a la intemperie entre que cerró su empresa y le llegó el buen contrato del Real Betis, sin muchos más méritos que Moral. 

Por lo visto, Virginia, Susana, Pedro, Gabi o Nacho, todos ellos con sueldos como el suyo o el mío, ya se hacen cargo de qué nivel económico hablamos, pagan los efectos de esa crisis en todos los órdenes de ese área donde Serra no puede hacer nada. Fernando, y por tanto don Ángel y Ramón, entienden que la primera gran medida anti crisis es el despido de varios de los trabajadores más eficientes de un club, que con ellos dentro, y sin don Ángel ni Fernandito ni Ramoncito, conocieron días de gloria de ese club al que al parecer han salvado. ¿Esto es salvar algo?

No sólo es una decisión ridícula, por su impacto económico, e injusta, por la valía del personal despedido, sino torpe, muy torpe, como casi todo lo que hacen sin que Serra entre. Estos se mueven bien en algunos despachos de mando de la política, estos son bastante más despiadados de lo que parece, con el barniz de dos o tres másters y sin el cutrerío de todo lo loperiano, pero no valen un pimiento. Todos los días de su vida deberían peregrinar hacia los despachos de las personas (sobre todo al de Adolfo Cuéllar) que les recomendaron que se pusieran en manos de Serra y se dedicaran a lo suyo de medrar y negociar con gente de la talla de Luis Oliver y Manuel Ruiz de Lopera. En eso son buenos, muy buenos.