Veto y juzgados

Vía de Escape

Paco Cepeda 23/11/2017

Cuando una mañana les contamos que sobre todo dos miembros de la dirección del Real Betis, gente tan principal y con mando como Ángel Haro García y Ramón Alarcón Rubiales, muy mal asesorados una vez más, habían decidido vetar de forma infame a este medio de comunicación, llegando su desfachatez hasta impedir, por la fuerza que impone la seguridad privada, acudir a ruedas de prensa en espacios públicos, como el Palacio de los Deportes, algo a lo que no se han atrevido ni otros destacados vetadores de la historia del deporte sevillano, ya les advertí que esas cositas parecidas ya nos habían pasado antes, durante años además, con Manuel Ruiz de Lopera y Ávalos y José María del Nido Benavente, ni más ni menos. No nos vetaron en nuestros casi 20 años de existencia ni Roberto Alés ni Pepe Castro ni Juan Carlos Ollero ni José Antonio Bosch... en concreto, nos vetaron Lopera y Del Nido. Era una pista. Y es que algunos mantenemos la teoría de que vetos, vetadores, juzgados e ilícitos, incluso algunos delitos, tienen una conexión que tarda más o menos en aparecer, pero que aparece. En el caso que actualmente nos ocupa, lo cierto, es que ha tardado muy poquito en cantar la gallina. La información de Diario de Sevilla es rotunda: Ramón Alarcón, condenado en primera instancia por plagio. Para José Miguel López Catalán un tema menor de su actual director general de negocio. ¿Negocio? Al parecer le hace más daño al Betis un artículo del tal Haurie o una reflexión de Chazarri, éste menos porque anda algo medroso (jiji), o del 'biriperiodista' Cepeda, eso sí es gravísimo, intolerable para una entidad como el Real Betis. Sin embargo, 'atrincar' un trabajo de otro que la había hecho al propio Betis, esperar unos añitos, y presentarlo como suyo y presumir de que era un regalo, siendo además uno de los motivos por los que ahora cobra un suculento sueldo de la entidad engañada, pues es un tema pasado y menor. Tonterías mías. Pelillos a la mar. Después de este artículo voy a guardar mejor un par de camisas verde y blancas que tengo en al armario, no vaya a ser que alguien me las requise.