Enmienda a la totalidad

Vía de Escape

Paco Cepeda 19/02/2018

Señor Setién, ya que cargos de su club no me permiten charlar-debatir con usted, que sospecho que debe ser ilustrativo y hasta agradable, me pongo en contacto por esta vía, que por otro lado también es obligatoria para mí porque me va el sueldo en ello. Yo quisiera explicarle algunas de las cosas de fondo que pienso que le pasan a este Betis, ahora su Betis, y porqué su idea, al menos su mensaje, le es daniño, muy daniño, a esta más que centenaria entidad. 

En lo de los sistemas, y sus alineaciones, y sus cambios, poco que comentar en realidad. A veces acierta, a veces se equivoca y a veces ni una cosa ni otra. A todos los que nos gusta el fútbol nos parece una buena idea, la mejor idea, la de gobernar los partidos, ya sea por medio del balón, de la contundencia en las áreas, de la lucha organizada por cada metro, de saber competir, de arriesgar donde se debe y simplificar donde lo requiere... la mezcla de todo es jugar bien al fútbol. Si usted pone el acento en lo del balón, pues vale, se lo compro, pero si pudiera ser, pues trate de mezclarlo todo, pero bueno, no me voy a poner pesado en eso. 

Aquí, para mí, lo gordo, lo magro, es que en esta entidad especialmente es pecado mortal invitar a la autocomplacencia, insinuar que se puede convivir con la idea de que existen derrotas dulces o de que lo importante es el espectáculo casi por encima del resultado. Este club, sin usted, ya andaba y anda plagado de gente que disfrutan de lo accesorio, que prefieren compartir un tuit de Alejandro Sanz haciéndole un cariñito al Betis, que un gol de Loren. La élite disfruta más con las subastas, y con el juego del monopoli, pero otros, muchos, la mayoría silenciosa, lo que quiere es que su Betis gane muchos partidos de fútbol. Pero casi no se atreven a hablar, porque al parecer son traidores a la causa, son o biris, o loperistas o no se sabe bien qué cosa.  En este su club hay mucha gente que odia los domingos (ahora casi más los lunes) porque hay fútbol, y porque el Betis, para ellos, es otra cosa. Todo esto da para generar una literatura muy curiosa, para salpicar de anécdotas la historia del club, pero muy poco para lo que de verdad importa. Escuche mucho más a Lorenzo Serra Ferrer. No renuncie al gobierno de los partidos por medio del balón, trabajando en la perfección del sistema y siendo flexible durante los encuentros, pero sobre todo muestre disconformidad en la derrota, no coma, no sonría, no hable en la radio, no se deje adular por esos comentaristas poderosos, encantados de que su Real Madrid le haya metido cinco en "un gran espectáculo". Eso no es lo que necesita este Betis. Hay clubes que pecan de lo contrario, de la tendencia al drama, que tampoco es eso, pero por favor, encuentre la felicidad por el dulce camino de la victoria, que es lo que de verdad busca esa gente tan fiel que llena el campo casi todos los días. Piénselo un poco, por favor. Y si quiere, nos tomamos una tapita en secreto, me pega un curro al ajedrez y yo a las damas. Algún amigo en común lo podría gestionar. Así tiene más material para ese libro pendiente.