Lo que deja una tempestad

Vía de Escape

Paco Cepeda 22/04/2018

Pues pintan bastos. Tras la humillante derrota ante el Barcelona delante de todo el planeta fútbol, lo peor para el Sevilla no sería acabar esta temporada incluso fuera de Europa, que es una posibilidad ahora mismo muy real, lo peor sería que se impusiera el nutrido grupo de sevillistas, porque son sevillistas, y mucho, que hoy por hoy quieren tirar por la calle de en medio, los que quieren arrasar con todo, seguramente para desde la ira tratar de aliviar la sensación dejada por algunos de los bochornos que han tenido que padecer en esta extrañísima temporada, en la que se han quedado fuera de unas semifinales de Champions ante el Bayern por un gol de diferencia, o han llegado a una final copera, o también en la que le han metido cinco goles hasta seis equipos, además con una puntuación liguera impropia. Tan extraña va a ser esta campaña que incluso quedando fuera de Europa (uff) le va a dar para comenzar la siguiente con la disputa de otro título, el de la Supercopa de España. Qué paradoja, el Sevilla jugará de nuevo otra final la temporada que viene, y nada más empezar, como fruto de este desastre. Es muy paradójico e invita a reflexionar con mucho tino y acierto. Porque las derrotas humillantes duelen, pero lo que mata es la división y el guerracivilismo. No creo que haya ni un solo sevillista que apruebe la deriva deportiva del equipo, que ha perdido carácter, que físicamente es debilucho, y que no tiene ni gol ni una defensa contundente. Pecados mortales todos ellos por separado, así que juntos... Pese a todo eso, sus crisis le dan para jugar una final copera, hacer una clasificación histórica de Champions y estar peleando por la séptima plaza. El equipo es malo, pero el club es fuerte. Así que parece sensato cambiar todo lo que se pueda y más de su estructura deportiva, en cuestión de nombres y de concepto, para volver a hacer lo que sabe, pero no dudar del club, del que han creado dirigentes y gente, porque si de verdad se ataca al fondo, si de verdad quieren arrasar y dividir, lo van a conseguir y su triunfo será la derrota de todos. Difícil papeleta la que tiene por delante Pepe Castro y su consejo, y puede ser todavía peor, pero no parece más compleja que cuando tuvo que tomar el mando.