Morete

El Petardazo

José Antonio Jiménez 28/10/2013

Las salidas de Daniel Bertoni y Héctor Scotta habían dejado al Sevilla Fútbol Club sin una referencia ofensiva ante las metas rivales. Sin los delanteros argentinos, el blanco era un equipo muy plástico pero muy limitado en ataque. Joaquín, Murúa, Yiyi o Enrique Montero no eran los ‘killers’ con instinto asesino que necesitaba un conjunto que aspiraba a defender el pabellón patrio allende nuestras fronteras. Sí o sí, tocaba acudir al mercado para apuntalar una demarcación tan básica para ganar partidos. Fueron varias las alternativas barajadas por los técnicos nervionenses, hasta que la directiva del desaparecido Eugenio Montes Cabezas apostó por un futbolista conocedor de la competición patria.

Carlos ‘Puma’ Morete había formado parte de la mejor versión de la UD Las Palmas. Junto a los Brindisi, Carnevalli, Wolff, Germán Dévora… la grada del Viejo Insular vibró como nunca. Marcando goles por un tubo en tierras insulares desde su aterrizaje en España a mediados de la década de los 70 del siglo pasado (99 en total). Las referencias eran las mejores para acertar en un puesto tan determinante. Que Miguel Muñoz lo hubiera tenido años atrás a sus órdenes en el cuadro amarillo, sin duda, también resultó clave para su fichaje en los primeros meses de 1980.

Un acierto seguro hasta que comenzó a defender la casaca sevillista. Morete ya no era el mismo que con tanto acierto había jugado varios años en Las Palmas. Apenas marcaba y su adaptación a la península brillaba por su ausencia. Total, que con la temporada en marcha y los puestos europeos algo lejos las partes decidieron que no había más remedio que buscarle una solución al asunto (seis tantos eran la excusa perfecta para buscarle acomodo). Unos problemas personales ayudaron bastante a que Boca Juniors lo reclutara, le abriera las puertas de la Liga Argentina (aseguran las malas lenguas que le debía tanto dinero al fisco de su país que no tenía los cinco sentidos puestos en su profesión).  

Morete se marchó por la puerta de atrás del estadio Ramón Sánchez Pizjuán después de haber fracasado en el conjunto sevillista. Dejando huérfana una parcela que tantos años tardó en contar con un verdadero killer. En Argentina, ya en el crepúsculo de su carrera, hizo lo que siempre había hecho: marcar goles. Lo que apenas logró en sus menos de veinte encuentros oficiales a las órdenes de Miguel Muñoz. ‘Puma’ Morete, no fue por estos lares siquiera un lindo gatito…