La estela de Juande y Unai

La tregua

Lucas Haurie 09/01/2017

Algo debe haber en la alta competición que se nos escapa a los legos. ¿Por qué tantos entrenadores desprecian la Copa? Se puede llegar a entender, aunque no demasiado, que Víctor Sánchez del Amo se libere el calendario en enero para amarrar los puntos que le eviten pasar apuros en citas como la que solventó el Betis frente al Leganés. Es un pensamiento de una insondable mediocridad, pero tiene su lado comprensible. En la acera de enfrente, resulta incomprensible. Jorge Sampaoli, en su intento por mimetizarse con los grandes técnicos que han traído gloria al Sevilla, también los ha imitado en su acercamiento naif al torneo más apasionante de cuantos se disputan en España. En su primera temporada, a Juande Ramos lo eliminó el Cádiz y Unai Emery lo superó al ser apeado por el Racing de Santander. Se resarcieron ambos en la primavera abriendo su respectivo círculo virtuoso de títulos. Con más coartada porque se trata nada menos que del Real Madrid, el santafesino perpetró la payasada (disculparán la reiteración en el término) del Bernabéu, con la que se obliga a lograr grandes cosas en la segunda parte de la temporada. La ceremonia de desagravio comenzó en Anoeta, con un partido impecable en el que Ganso brilló por su ausencia, los delanteros de oficio (Ben Yedder, en concreto) lucieron por su presencia y, sobre todo, volvieron a resplandecer los maravillosos voleones de Sergio Rico y sus defensas: fuera del escaparate capitalino con sus cursis radiofonistas extasiados por los riesgos innecesarios de la víctima propiciatoria, vuelta a la sensatez. Vienen los madridistas ahora, en Copa otra vez y en Liga. Por desgracia, es sencillo decidir cuál es el partido más importante de los dos.