Regresos y regresiones

La tregua

Lucas Haurie 02/07/2017

Ha vuelto Éver Banega si no como un mesías, que tampoco conviene exagerar, sí como el excepcional pelotero que es; está echando el hígado Pepe Castro para traerse de nuevo a casa a Jesús Navas, que hace mucho que dejó de ser el imberbe desamparado al que había que mimar en las concentraciones para convertirse en un futbolista top, como se dice ahora, y que exige un salario en consecuencia: sentimentalismos al margen, ¿no será mejor darle la paletada de millones al palaciego que al primer engañabobos que traiga el representante-amigote de turno? Se tanteó a Bacca y se barajó el nombre Gameiro como contrapartida por Vitolo para paliar el déficit de gol; no se descarta a Jovetic, ni mucho menos, e incluso para la segunda línea han sonado canteranos que emigraron (Luna, Luis Alberto…) para acomodar el plantel de 25 profesionales a los cupos UEFA. Ahora, sale mi dilecto Paco Cepeda con que se ha puesto a tiro Gary Medel. Ninguno de los nombrados, cada cual en su medida, es o sería un refuerzo despreciable pero, ¿no exuda este permanente mirar al pasado cierta desconfianza en los muñidores del futuro? Ha quedado claro que el Sevilla disfrutó durante tres lustros a un magnífico director deportivo, hoy en la Roma. Pero tenemos escuchado hasta la saciedad que su sucesor posee idéntico ojo clínico (además de que ha heredado su eficiente metodología), así que conviene pasar a otra cosa ya porque nadie sabrá exactamente el valor del otro mientras se siga contratando mediante el casting del uno.