La necesaria artillería

La tregua

Lucas Haurie 13/07/2017

Reproducimos el artículo que el autor de este blog ha publicado en la edición andaluza del diario La Razón.

Pepe Castro  vive sus peores horas como presidente del Sevilla por culpa de un exceso de confianza, que se escribe así pero podría pronunciarse "torpeza". Sus enemigos, que moran sobre todo en el Sánchez Pizjuán, quieren aprovecharse de su momentánea debilidad para desalojarlo de la presidencia y paga con la hodierna zozobra su tibieza de antaño, cuando pensaba que a la codiciosa fiera "delnidista" se la apaciguaría con la música de las monedas tintineando en su faltriquera. "Os dieron a elegir entre el deshonor y la guerra; elegisteis el deshonor y ahora tendréis también la guerra". La advertencia de Churchill a los  contemporizadores firmantes del pacto de la vergüenza de Munich tronaba en Westminster durante cada vez que un avión de la Luftwaffe soltaba una bomba sobre Londres. ¿Por qué no se aplastó al enemigo cuando estaba en inferioridad? ¿Cuánto de ingenuo hay que ser para pensar que la venalidad se sacia con migajas y para creer que el sentimiento de gratitud puede anidar en quien carece de fonteras morales? El caso Vitolo ha terminado, y uno estaría inclinado a pensar que su conclusión favorece al Sevilla: 35,7 millones a tocateja por un futbolista que quería marcharse. Se litiga por lo que haya que litigar en los tribunales, se le desea la más dolorosa de las malas suertes y punto. Quedará, eso sí, su corolario de lucha intestina en el seno de un club que se resiste a ser el negociete de un acreditado ladrón. Castro tiene acciones y apoyos de sobra para evitarlo pero debe mostrar más firmeza. Campaba en medio de la batalla con un tirachinas y la artillería, muerta de risa en los cajones...