muchodeporte.com : Lucas Haurie

Si pierde el sábado y el martes, ¿qué pasa? Nada *

La tregua
Lucas Haurie
Lucas Haurie
07/03/2018

“Y al final, siempre gana… el Real Madrid”. El aforismo de Gary Lineker con la Alemania balompédica, desmentido durante el glorioso cuatrienio español y reverdecido el en último Mundial, cabe ser aplicado a la antipática industria de Florentino y a la Copa de Europa, llámese ésta como se llame. Mala semana para el antimadridismo patrio, que es numeroso, y mucho peor para el emerysmo hispalense, devotos del gurú de Fuenterrabía que clamamos en un desierto de incomprensión a pesar de los títulos allegados por don Unai. Bueno, sirva al menos la triste noche de París para reconsiderar las urgencias que se le vienen al Sevilla en cuatro días importantísimos… o quizá no tan importantes.

Tres Champions consecutivas juegan los sevillistas con la presente sin que haya podido ser modificado un gramo el modelo de negocio del club, basado en la revalorización y venta de futbolistas. Si fuera cierta la esparcida teoría de que dicha competición proporciona un crecimiento económico redundante en el poderío deportivo, ¿no tendría el Sevilla un equipazo imparable? Al contrario, la Liga de Campeones lo que provoca es inflación y el Sevilla, con una posición casi invariable en el mercado, accede en sus veranos pre-Champions a los mismos futbolistas a los que accedería en otras circunstancias… sólo que los paga más caros. Representantes y recolectores varios de migajas, ésos sí que se juegan la vida, más bien la bolsa, con la cuarta plaza.

Apura el sábado el equipo de Montella sus opciones de Liga de Campeones frente a un Valencia que también, a su modo, desmiente el tonto lugar común de “es-imprescindible-jugar-la-Champions-para-crecer”. La han disputado los valencianos sólo una vez en el último lustro, y no pasaron de la fase de grupos, pese a lo cual han gastado en sus dos delanteros principales (Rodrigo + Zaza = 52 millones) casi el doble que el Sevilla (Muriel + Ben Yedder = 29 millones). Incluso el pasado verano, sin competición europea a la vista, los valencianos no sólo ficharon a un Kjaer (13 kilos) para su defensa, sino a dos, pues 11 kilos por barba costaron Gabriel y Murillo. En el plano deportivo, no hay color. ¿Cuál es el factor fundamental para que la tropa de Marcelino le saque ocho puntos al Sevilla? Pues que sólo durante el mes de enero, cuando el equipo amenazó desplome y se salvó del mismo gracias al sostén arbitral, ha competido entre semana. O sea, que la forma más segura de clasificarse para la Champions es… ¡¡no clasificarse el año anterior!!

El martes, van Montella y sus muchachos a Inglaterra para tratar de eliminar al Manchester United: una ocasión grandiosa, sin duda, pero de nuevo más desde el punto de vista sentimental (que es importantísimo, ojo) que otra cosa. El pase a cuartos, segundo de la historia y primero en sesenta años, tampoco llevaría probablemente a escalones superiores, puesto que ahí está el Real Madrid dispuesto a meterle al Sevilla los mismos ocho goles que le endosó en 1958, y encima… ¡¡distraería al equipo del objetivo irrenunciable que es volver a la Champions!! ¿Significa esto que conviene perder estos dos partidos? En absoluto, significa sólo que conviene abandonar el maximalismo tremendista y aprender a disfrutar del camino.

*Si gana, tampoco.


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