Partidazo y lío con Sergio Ramos

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 13/01/2017

Partidazo del Sevilla sin el premio al menos de la victoria. El Madrid es así. Hasta en los días en los que deambula termina haciendo daño. No perdió, pese a la tormenta de fútbol que le cayó. Muy bien el Sevilla, francamente. Creo que las dudas iniciales se han superado, podemos concluir que este Sevilla juega a otra cosa. Desde luego bastante mejor que en temporadas anteriores, con muchos más recursos. Perfecto en la pelea por cada metro, en el posicionamiento en el campo, en la circulación del balón... Hizo sufrir al Madrid, que sin Modric es medio Madrid. Para descomponerlo del todo faltó más calidad en los metros finales. El Sevilla produjo lo suficiente para remontar, pero la mayoría de sus tiros salieron fuera o demasiado centrados. La pena es que este partidazo nos lleva irremediablemente a preguntarnos qué pasó en el Bernabéu. Por qué el equipo salió y acabó el partido de tan mala manera. Ahí se perdió todo. Lo del Sánchez-Pizjuán fue otra cosa. En concreto, fue tremendo.

Y tremendo terminó con el penalti de Sergio Ramos. Lamentablemente, ha logrado unir al sevillismo en su contra, clima que en las últimas temporadas se estaba rebajando. Siempre me pareció injusto que por una patraña de Del Nido fuera pitado. Sergio Ramos lo único que hizo fue formarse en el Sevilla, querer jugar en el Madrid y dejar 27 millones de euros en la caja. Pese a que es campeón y capitán de todo, se ve que este campo le puede. Y se equivocó. Se pegó una vacilada en el penalti con 3-1 que sentó mal. Lo de tirarlo a lo Panenka lo vio venir todo el mundo menos David Soria. Después llegaron sus gestos retadores y de perdón a la grada. A elegir entre él y el Gol Norte, la afición del Sevilla estalló contra él. Así que doce años después, seguimos en las mismas. A Sergio Ramos le va la vida muy bien sin el Sevilla y al Sevilla sin Sergio Ramos, igual de bien. Pero esta herida no se cierra. El domingo, otro lío.