Castro, Arias, qué equipito

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 14/01/2018

¿A quién le va a ganar el Sevilla? Es la pregunta que seguramente ahora mismo se estén haciendo todos los sevillistas. Desde luego como no eleve su nivel de juego o bajen todos los santos, a nadie. En Vitoria, nuevo naufragio. Ver la alineación supuso la confirmación de la bajada de nivel del equipo. Tremendo lo de Mercado por la derecha y Carole por la izquierda. Viendo a los centrales, más a Kjaer que a Lenglet, se explica cómo Carriço y Pareja pueden tener sitio todavía en este equipo. Por delante, Montella, un perfecto despistado, decidió quitar a Nzonzi justo cuando la determinación era recuperarlo. Le dio el equipo a Pizarro y Geis. Ahí es nada. Lo de Pizarro llevando la manija y tratando de sacar la pelota es para subirse por las paredes. Geis, al menos, se tapó. Con él en el campo hay un gran lanzador. Tiró una falta nada más. Incomprensible. Y luego en ataque, tres futbolistas que se marcan solos, por mucho que cada por dos tres se saquen los números de Ben Yedder. De Navas y Nolito, mejor no hablar. Mejor actuar. Sólo queda Banega. Y como se aburra...

Por tanto, al hoyo en Mendizorroza. El Alavés salió con el clásico respeto a la camiseta del Sevilla y cuando vio que podía empezó a ser superior en todas las facetas. Indolente, sin técnica para pasar bien el balón, desorganizado en el repliegue, sin músculo, sin defensas que alejen con contundencia el peligro, sin carácter... Éste es el Sevilla en estos momentos. Me consta que en el club se piensa que la plantilla puede dar mucho más y que todo es cuestión de ordenar a los jugadores adecuadamente en el campo para a partir de ahí subir el rendimiento colectivo. Yo no lo tengo tan claro. Si sólo fuera una cuestión de orden, cualquiera jugaría al fútbol. Yo creo que al deseado buen funcionamiento colectivo se llega precisamente a través de la calidad de los futbolistas. Y la de los jugadores del Sevilla es manifiestamente mejorable. La mayoría de los que salieron al campo en Vitoria ni en sus mejores sueños jugaría un minuto en los grandes Sevilla de los últimos tiempos. Total, que derrota. Y Montella sin enterarse. Su llegada no ha provocado el menor efecto. Queda la bala de los fichajes. Miedo me da. Castro, Arias, qué equipito...