Antonio Ferrera, sublime en Sevilla

Mirando al tendido

Isaac Escalera 07/05/2017

Toreando con sentimiento, terminó con la Maestranza entregada a sus pies. Fue una tarde completa, de cátedras continuas, de saber lo que hacer en cada momento, en cada toro, en cada tanda. Siempre con ese sabor a torero antiguo, diferente, donde cada lance es una pintura y donde todo se hace con sentido. Como ese quite sacando al toro del caballo. Aunque la locura se desató en el quinto de la tarde, cuando salió "Medicillo", al que toreó al ralentí con el capote. Parando el tiempo, uno de ellos casi frenando al toro por el lado izquierdo. Así se torea y se pone a revienta calderas una plaza de toros. Así se torea con las muñecas y los vuelos del capote. ¡Eso es torear! Y las medias, de cartel. Posiblemente ni de salón se pueda torear más despacio. Enloqueció la plaza, sonó Tejera. Una pena que que se lesionara el toro porque era de triunfo grande. Lo devolvió el presidente. El sobrero tuvo nobleza, pero poca fuerza. Dio una vuelta al ruedo tras una faena magistral, dándole su tiempo al toro, toreando con la figura erguida y yendo de menos a más. Sacándole al toro todo lo que tenía. En su primero, Ferrera sacó muletazos de un pozo casi sin fondo. Manso el de El Pilar y con la cara por las nubes y sin entregarse nunca en la muleta. Pero Ferrera insistió hasta que sacó petróleo. Lo que es un torero con confianza, que ve toro por todos lados. El malo, el bueno o el regular. Este tenía más de malo que de otra cosa. Tesón, paciencia y sabiduría. Incluso pudo sacar algunos naturales de calidad. Estocada e inexplicablemente el presidente no concedió la oreja tras una faena de gran mérito. Ferrera merece otro trato.

En tercer lugar salió "Bellito", colorao ojo perdiz, de 507 kilos, marcado con el número 92. Toro extraordinario de la ganadería de El Pilar. Entrega, clase, calidad, hacia el avión en casi todas las embestidas, se rebozaba en la muleta, se iba largo por los dos lados. El toro ideal, el toro soñado. Merecía la vuelta al ruedo el astado de El Pilar. López Simón volvió a sortear un gran toro que desaprovechó (otra vez). También toreó Padilla, digno en toda la tarde.