Eurobetis

Zona mixta

Rafael Pineda 01/05/2018

Un sentimiento de felicidad recorre el alma de los aficionados del Betis. El Betis, su Betis, vuelve a ser Eurobetis. Un logro impensable a principios de temporada, labrado esencialmente gracias a la estupenda gestión de Quique Setién de su grupo, la unión de una plantilla que ha superado malos momentos, la planificación de Lorenzo Serra Ferrer y, sobre todo, la mística que acompaña al mallorquín en sus estancias en el Betis, siempre sinónimo de éxito. En la consecución del logro también tienen su parte de responsabilidad los dirigentes del club, en especial porque después de mucho tiempo dieron con la tecla para apostar por un entrenador que ha encontrado premio a su trabajo muy tarde y un director deportivo mágico para los intereses de la entidad. El Betis es quinto, está en la Liga Europa, atesora 59 puntos y todavía tiene tres partidos por delante para redondear con el derbi una temporada fantástica. Los béticos y la propia entidad se han ganado el derecho a vivir en un estado de felicidad y optimismo.

La buena trayectoria del Betis tuvo un punto de inflexión decisivo en el mes de enero. Todo cambió con la llegada de Bartra y la decisión de Setién de poner fin a la sangría defensiva de un equipo bonito, pero muy vulnerable. El Betis siguió fiel a la filosofía de su entrenador, aunque aprendió a defenderse y a ser competitivo. En ese fantástico cambio de dirección de Setién, el técnico tuvo además la valentía de apostar por varios jugadores del filial que acabaron inyectando una fantástica dosis de vitalidad a un grupo bien estabilizado por veteranos como Javi García, Guardado, Adán o Joaquín. El derbi marcó un antes y un después en un ejercicio donde la debacle copera o las goleadas sufridas en la primera vuelta pasaron a mejor vida.

Conseguido el éxito de la clasificación europea, al Betis le queda ahora por delante un bonito y apasionante reto. Es el momento de planificar con sentido para que el proyecto siga creciendo. La consolidación del Betis en la élite del fútbol continental es un objetivo tan bonito como complicado. Habrá que acertar en la configuración de una plantilla que sea capaz de competir con garantías en tres torneos. La última experiencia europea del Betis acabó en una debacle. Jugar en Europa exige una barbaridad como se ha demostrado este curso en equipos de raigambre como Athletic Club o Real Sociedad. La papeleta no asustará a Serra ni a Setién. Está en juego que esta maravillosa temporada no sea flor de un día y sí la apertura de un ciclo histórico y de goce para unos aficionados que han sufrido demasiado en las últimas temporadas.