El poder de Jiang Haro y Catalán Lizhang

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 17/02/2017

John Jiang Lizhang manda en el Granada y Ángel Haro lo hace en el Betis. Uno es chino y el otro de Villaverde del Río. Evidentemente no tienen nada en común, salvo el más absoluto desconocimiento del mundo del fútbol. Jiang ha llegado a hacer negocio y Haro acudió a una llamada desesperada del 'Betis libre' con el único objetivo de seguir peleando por las acciones de Lopera. De López Catalán ni hablo, porque sus ideas de fútbol sí que están en China. El resultado deportivo de ambos es demoledor.

La capacidad que sigue teniendo este Betis para sorprendernos supera cualquier argumento real. Arrastrarse por Los Cármenes ante un rival que jugará la temporada que viene en Segunda no hace más que poner la lupa sobre una gestión deportiva más que deficiente. Pero, quizá, más grave que el descrédito deportivo que ha alcanzado este Betis es la corriente de opinión que aplaude y escolta este despropósito. La decadencia deportiva es inaceptable, pero la aceptación de la incapacidad, la pobreza y la constante humillación es aún más dañina. Ante el escándalo, la indignación es la única vía de salvación. Sin ella no hay futuro.

En unos días el Sevilla visitará el Villamarín. Jiang Haro y Catalán Lizhang, que aún no han recriminado públicamente el ridículo de Poyet y siguen aplaudiendo a Miguel Torrecilla, sueñan con parar la embestida. Si lo logran volverán a activar la máquina perfecta con la que tienen paralizada al beticismo para seguir ganando tiempo en busca del acuerdo con Lopera. Pensándolo bien son unos genios: han logrado hacer creer a la gente que criticarles a ellos es atacar al Betis. Lo dicho, unos genios.