muchodeporte.com : Víctor Fernández

Con cuatro bolígrafos en el bolsillo

Me levanto y me voy
Víctor Fernández
Víctor Fernández
15/03/2017

Un club eleva la exigencia y se alimenta de ambición para no morir en la zona de confort. La fatiga de imponerse retos nuevos cada día es admirable. Pero este ritmo provoca estrés, dificultades y tropiezos. Como la vida misma. A Sampaoli no le gusta calificar de fracaso lo ocurrido en Leicester y acude a los pequeños detalles para justificar la derrota. Sin duda, defiende su escaparate, que es lo que principalmente le preocupa desde que dio el salto a Europa. Pero se olvida, entonces, que son esos mismos pequeños detalles  los que han sujetado al equipo en un montón de partidos.

Aún no sé si este entrenador está entre los mejores, disculpen mis dudas. Los hechos me dicen que su valentía es un cuento (revisen la alineación de Leicester), que su acumulación de puntos en la liga a día de hoy es brutal pero que el manejo de las eliminatorias es deficiente, que ha jugado partidos admirables y otras veces nos ha regalado actuaciones decepcionantes, que le acompaña un grupo de palmeros capitalinos que ven hasta en sus lentes un toque de distinción,  que confía en Ganso y Montoya, que permite que Rami lance una falta en un partido clave y que los penaltis a favor se conviertan en un capítulo humorístico. Ah, y que se motiva con un tema rockero llamado “ji, ji, ji”. En su descarga cuenta el hecho de no tener un gran goleador, pero la apuesta por un fútbol basado en Ganso, Franco Vazquez y Kranevitter es inadmisible.  Lo más preocupante es que pensara un solo segundo que el ritmo de estos tres jugadores era un valor seguro porque descubre su desconocimiento del fútbol europeo.

La última foto que nos ha regalado es decepcionante. Sampaoli ha dejado más titulares en el duelo con los ingleses que juego, planes, decisión y fútbol. Sale tocado de este petardazo.  El Sevilla, es lógico, seguirá confiando en él. Eso sí, observadas ya algunas de sus taras, darle las llaves del club puede ser una temeridad. Lo que tengo claro es que desde hoy lleva cuatro bolígrafos en el bolsillo para firmarle a Castro la ampliación de contrato al instante.

 


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