Teorías desfasadas

Me levanto y me voy

Víctor Fernández 25/05/2017

En las conclusiones de “Si esto es un hombre”, Primo Levi arma una de sus grandes sentencias escritas en este fabuloso libro: “Hay que desconfiar de quien trata de convencernos con argumentos distintos de la razón, es decir de los jefes carismáticos: hemos de ser cautos en delegar en otros nuestro juicio y nuestra voluntad. Puesto que es difícil distinguir los profetas verdaderos de los falsos, es mejor sospechar de todo profeta…”. La historia nos muestra que cada pueblo que ha caído en esa trampa ha ido al hoyo.

El pensamiento ha evolucionado hacia la desaparición del rebaño y ha desmontado sistemas fallidos como el comunismo (lean si tienen tiempo y valor al intelectual a Antonio Escohotado). Por eso, aún me sorprende que en mi entorno más reducido hayan aparecido tres casos que aún creen que la gente  es dirigida, para el interés propio o ajeno,  por presuntas campañas mediáticas. Susana Díaz, escoltada por muchos periodistas de cámara, llegó a pensar que ganaría; Sampaoli sigue sin entender que la gente tiene capacidad suficiente para haber detectado sus mentiras y Ángel Haro persiste en la idea de que las críticas a su fracaso e incapacidad son producto de delirantes ataques personales. Los medios son mecanismos que equilibran los mensajes dirigidos e impiden el siempre peligroso pensamiento único. La capacidad de Susana Díaz es la que la tumba, el falso mensaje de Sampaoli es el que provoca los pitos y el enfado de la gente, y ver al Betis hundido en la mediocridad es lo que levanta la ira del corazón bético.