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Rubén Castro y poco más que Rubén Castro

El canario llega comprometido y con cuatro goles ya es el pichichi de la pretemporada

Redacción
Redacción
27/07/2014

Por lo visto en los encuentros amistosos, el nuevo Betis que todo el mundo espera no se atisba. Con toda la cautela del mundo, pues es la competición la única vara de medir real de los equipos, hasta ahora las señales inquietan. Sí hay algo que funciona. En realidad, lo de siempre. En realidad, el de siempre: Rubén Castro, que con sus cuatro goles se ha convertido ya en el pichichi de la pretemporada. En un pis pas.

El canario, al que aún le sobra algún kilo, no ha bajado la guardia. Está demostrando con hechos que su compromiso va más allá de las declaraciones en los medios. Quiere colocar al Betis en Primera, a ser posible con un nuevo contrato que lo deje más tranquilo.

Su conexión con el entrenador está siendo buena, aunque en este punto habrá que esperar a que la relación vaya avanzando para ver si Velázquez se ha ganado del todo al delantero. Es evidente que Rubén Castro, por su carácter también especial, tenía a más de uno en el club en alerta por el comportamiento que podía tener a lo largo de la temporada. Desde luego los primeros pasos no dejan lugar a dudas. Aseguró a los que sospechaban que se vería al Rubén centrado, al de siempre en el Betis, y por ahora el movimiento se demuestra andando.

Por su importancia, y porque ante la escasez de buenas noticias se hace necesario algún golpe, cuanto antes se debería firmar su renovación. El Betis del verano es lo que sus hombres de área finalizan. Gran virtud, aunque quizás insuficiente para mandar en la categoría. Un paso por detrás en cuanto a buen rendimiento le sigue otro incombustible como Jorge Molina, y también apunta detales Rennella. Lo demás sigue bastante verde. La prueba es que un Regional Preferente como el Isla Cristina, que además sólo llevaba una semana de trabajo, aprovechó un fallo defensivo y marcó un gol. Velázquez está seguro de que construirá un equipo sólido. O convierte en realidad su deseo o lo único que le queda al Betis es lo de siempre: vivir colgado de Rubén Castro.