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La cantera, otra asignatura pendiente

El filial también sube y baja en los últimos años

José Antonio Jiménez
José Antonio Jiménez
24/05/2016

Son muchas las cosas que tienen que cambiar en el cuadro verdiblanco. Para la mejora del primer equipo y de sus escalafones inferiores. En este sentido, los resultados deportivos logrados por el filial verdiblanco en los últimos años han sido terribles.

En la temporada 2010/11, el filial bético se salvó gracias a la aportación de Álvaro Vadillo cuando el descenso a Tercera estaba cantado. En la 2011/12, octavos tras una temporada más que digna. En la 2012/13, descenso. A la siguiente, ascenso milagroso ante el Orihuela cuando parecía inevitable la presencia heliopolitana una campaña más en la cuarta división de nuestra balompié. Tras el ascenso, otro digno octavo puesto. Y en la presente, de nuevo a Tercera tras un ejercicio marcado por una lamentable planificación.

Independientemente de descensos y malas clasificaciones, tampoco desde 2010 se ha asentado ningún canterano en la primera plantilla. Muchos han debutado, pero casi ninguno ha logrado hacerse con un puesto entre los mayores. Y salvo Beñat, la mayoría apenas ha dejado unos miles de euros en la caja con sus respectivas salidas. Que el club haya contado con varios responsables de cantera y que hayan sido numerosos los técnicos que se han sentado en el banquillo del Betis B (Oli, Vidakovic, Puma, Merino…) también tiene mucho que ver con la inestable situación.

Para colmo, ni siquiera el Juvenil A está brillando de un tiempo a esta parte. Dejando al margen al eterno rival, el Almería y el Málaga pueden presumir de mejores resultados que los béticos. Es cierto que en categorías menores (de infantil hacia abajo), los resultados de los más pequeños son satisfactorios, pero cuando dan el salto a categorías más competitivas, los equipos se empobrecen. Entre otras carencias, falla lo fundamental, la clave de toda buena cantera: la captación de futbolistas. Lo fácil sería echarle la culpa al responsable del área, Pedro Buenaventura, si bien Eduardo Macià le dejó escasa maniobra la pasada campaña. Ahora sí la tendrá, pues Miguel Torrecilla ya ha dejado claro en el club que estará pendiente del filial, pero lo justo. Sus energías las depositará en el primer equipo. Buenaventura sí podrá ser evaluado con más justicia en el ejercicio venidero.

En el Celta de Vigo de Miguel Torrecilla, la cantera sí dio frutos. Salieron chicos interesantes, algunos de ellos muy bien vendidos. por ejemplo, Santi Mina fue traspasado al Valencia el pasado verano por 10 millones de euros. Una cifra muy cercana al gasto en cantera de los verdiblancos los últimos cuatro ejercicios.