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Van der Vaart y Digard, los descartes que más preocupan

En el club inquieta menos la situación de Vargas y Westermann, con ofertas para elegir

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
14/06/2016

Además de fichar mucho y bien, el Betis tiene un problema con los descartes. La idea es que ninguno forme parte de la plantilla de Poyet para el día 7 de julio, fecha en la que comenzará el trabajo. Contar con un grupo de apartados siempre intoxica, no es la manera de trabajar para un técnico nuevo, que debe encontrar las máximas facilidades.

En el Betis existe preocupación con este asunto. Pasaportado Tarek, las situaciones que más preocupan son las de Van der vaart y Digard. Pese a que en principio se podía pensar que el francés tenía mercado en su país, el paso de los días demuestra que no es tan así. A Digard le restan dos años de contrato y también cuenta con una elevada ficha. Además, lleva dos temporadas jugando muy poco por las lesiones. En esta última, tan sólo ha disputado diez encuentros. De Van der Vaart ya está todo dicho. En el Betis lo consideran un caso perdido, si bien no habría que descartar que el nuevo cuerpo técnico le ofrezca otra oportunidad para ver si es aprovechable. Ello parece en estos momentos un imposible, aunque cosas igual de raras, no más, se han visto en el fútbol.

En el caso de los jugadores extranjeros, FIFA es muy estricta. Aplica la reglamentación de forma rígida y no permite que se violen los derechos de estos jugadores. Lo ideal es llegar a un acuerdo para rescindir, claro. Pero es que precisamente ahí está el problema, pues los futbolistas se aferran a sus contratos. ¿Cuás es la solución si no media entendimiento, el Betis quiere perderlos de vista y no llegan ninguna propuesta? Una muy costosa: con los extranjeros, pagarles el contrato en su totalidad. Preocupan menos los casos de Vargas y Westermann, pues se considera que están dejando pasar el tiempo a la espera de la mejor alternativa. Vargas, a las malas, tiene acomodo en su país. Además, sí le llegan propuestas. Westermann, también con el problema de las lesiones, podría ofrecer ciertas garantías para un equipo de nivel medio.

Distinto es el caso de los jugadores españoles. Aquí los despidos no serían demasiados costosos, pues se aplicaría la normativa nacional vigente. Las ideas, en este sentido, están claras. Se pretende despedir a todo aquel que no cuente y que no haya traído una oferta. Xavi Torres es el ejemplo de tal situación. El mediocentro tiene todas las papeletas para salir de esta forma.

La situación requiere pasos lentos pero firmes. Ya no es tan fácil apartar a los jugadores para que el grupo titular se entrene sin este problema. Los organismos que velan por los derechos de los futbolistas se ponen con las orejas tiesas, aunque el club también tiene sus armas y puede argumentar que los aparta, siempre con un entrenador y servicio médico del club, para que desarrollen entrenamientos específicos. Evidentemente, se trataría de una forma de presionar. En definitiva, un problema heredado por las malas planificaciones del pasado. Lo ideal es que vayan saliendo poco a poco. De lo contrario tocará pagar, lo cual mermaría la capacidad para hacer fichajes.