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El primer golpe decisivo del fichaje estrella

Boudebouz estuvo muy errático en el pase ante el Getafe, pero su gol le debe servir para crecerse

Redacción
Redacción
05/11/2017

Ryad Boudebouz se vino arriba ante el Getafe. El partido del argelino no estaba convenciendo. Jugó los últimos 27 minutos y su fútbol, de riesgo, no estaba ayudando a conectar con los delanteros. Perdió doce balones en poco menos de media hora. Se le vio desenganchado, incluso rifando pases fáciles. Todo fue caerle el balón cerca de la frontal del área y pegarle seco con la derecha para que el Villamarín celebrara el tanto por todo lo alto y soñara con una remontada que finalmente no se pudo completar.

Boudebouz ha entrado a ratos. La lesión de rodilla le ha dado la lata bastante. Se perdió los tres primeros partidos por este motivo. Posteriormente, una mala media hora en el Bernabéu lo obligó a parar y a comenzar prácticamente de nuevo. Volvió contra el Alavés saliendo desde el banquillo y desde entonces ha podido enlazar ratos ante el Cádiz, Espanyol y Getafe. Aún le falta mucho, se le ve frágil no porque lo sea, que lo es, sino porque los controles y acciones del juego las completa aún con dudas. No obstante, en el club hay una tremenda confianza en sus cualidades. Lorenzo Serra Ferrer está convencido de que dará una gran medida y de que será el hombre que aporte ese plus de calidad que se resiste en los últimos partidos. Sobre todo cuando el rival se encierra y tapa espacios.

Boudebouz va dejado atrás su problema de rodilla y ya es cuestión de coger confianza y minutos. Ahora tendrá diecisiete días que vendrán perfectos para mejorar su puesta a punto. Joaquín y Guardado, los dos jugadores con capacidad de desequilibrio, necesitan un nuevo socio que supere líneas con pases. De lo contrario, el fútbol del Betis se convierte en previsible. El argelino se apunta y a raíz de su derechazo su juego debe comenzar a carburar.