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Cuarenta años de la batalla de Belgrado

Cardeñosa, protagonista de aquel durísimo partido

José Antonio Jiménez
José Antonio Jiménez
29/11/2017

Hay fechas que nunca se olvidan. La del 30 de noviembre de 1977 siempre estará presente para Julio Cardeñosa Rodríguez. Y es que es harto complicado que el debut en la selección de un futbolista coincida con una jugada tan relevante para la historia del balompié patrio. Hablamos de la jugada que certificaba la clasificación española para estar presente en el Mundial del 78. El de Argentina, Kempes, Quiroga y el fallo de nuestro protagonista ante Brasil. A la tropa de Kubala le bastaba hasta una derrota por la mínima ante Yugoslavia en tierras balcánicas. Un relevante colchón que los balcánicos querían dejar en nada gracias a una serie de acciones encaminadas a convertir el partido en una auténtica guerra. Una guerra a la que estaba invitado un Julio Cardeñosa que en el Real Betis Balompié se había abierto de par en par las puertas de España.

El Mariscal Tito tiró de galones para que el día fuera festivo en Belgrado. Para que el 'Pequeño Maracana' se llenara. No importaba que se jugara a las 13:30. En un país en el que la disciplina era una seña de identidad se miró para otro lado si un trabajador se saltaba a la torera su jornada laboral. Así era lógico que el ambiente convirtiera en una película de Walt Disney lo que actualmente se vive en campos de Grecia o Turquía. Tanta pasión fue aprovechada por los locales para dar cera. Dar estopa desde el arranque. Pirri tuvo que ser cambiado a las primeras de cambio tras una criminal entrada de un futbolista 'plavi'.

Sin embargo, los nuestros no se amilanaron. Es más, crecían con el paso de los minutos. Ya en la recta final llegó la jugada de marras. Pase casi imposible de Cardeñosa desde la siniestra tras una carrera más propia del mejor Gordillo, balón al corazón del área que de manera muy poco ortodoxa introducía Rubén Cano en el arco de Katalinic (minuto 71). Gol, 0-1 y Mundial en el zurrón. Quedaban menos de 20 minutos. Un tiempo en lo que lo único reseñable fue el 'saludo' de Juanito al respetable después de ser sustituido, el botellazo recibido por el malagueño tras el evitable gesto y el llamativo chubasquero de color naranja que un intrépido periodista lucía cuando desde la banda trataba de saber cómo estaba el atacante costasoleño del Real Madrid.

"Fue el partido más duro de mi vida. Kustodic eliminó a Pirri, nos dieron patadas a todos, pero respondimos bien. Crearon un aura de guerra. El campo estaba lleno dos horas antes. Ellos eran un gran equipo, con Dzajic, Kustodic, Susic... Incluso, al final me llevé el balón -lo tengo firmado por todos- y me empujaron para quitármelo. Migueli me protegió dando un meneo a uno... Fue un partido a vida o muerte", relataba no hace demasiado Julio Cardeñosa en relación a una contienda que estas horas cumple 40 años. Un partido que al eterno '10' bético, con el '11' a sus espaldas aquella famosa sobremesa, posibilitó jugar un Mundial estando en Segunda, junto al también bético Antonio Biosca, y protagonizar un fallo que, desgraciadamente para el pucelano, será más recordado que su genial pase desde la línea de fondo del feudo del Estrella Roja.