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3-0: Un diluvio de autoridad

Buen nivel de juego del Betis, que gana con comodidad a un Espanyol desaparecido

Miguel Ángel Chazarri
Miguel Ángel Chazarri
17/03/2018

La noche del Betis, pese al diluvio, fue perfecta. El nivel de juego, más que decente. Notable en muchos momentos. El resultado, buenísimo, pues estas goleadas sirven para sumar y ganar confianza. El estado de ánimo, perfecto para la bonita batalla europea que se avecina. Frente a un rival que normalmente es hueso duro en el Villamarín, el partido estuvo controlado de principio a fin. No hubo nada que temer en ningún momento. La demostración de autoridad fue total. Salió un equipo, el Betis, con ganas de agradar a los valientes que acudieron al Villamarín. En vista de que el césped no se resintió por el agua, estaba hasta mejor para tocar, los verdiblancos rasearon el balón con sentido. Es verdad que con poco peligro, pero tampoco se puede pedir una ocasión cada tres minutos. Tal caudal pertenece a otro tipo de equipos. En cualquier caso, ni falta que hizo, pues sabido es que la pegada posiblemente sea la principal virtud de los verdiblancos. Lo suyo es tocar, no impacientarse y marcar cuando parece que el encuentro entra en una fase tonta.

Así llegó el primer tanto. Cuando el Espanyol empezaba a cogerle el aire al encuentro, Boudebouz cruzó un pase a la izquierda. La jugada marca de la casa, seguramente ensayada. Por allí se incorporaba Junior, que cabeceó con cierta inocencia. Lo demás lo hizo Pau López, que directamente se la tragó. Tendrá una semana movidita en Barcelona el futuro portero del Betis. Su presentación en sociedad fue 'perfecta'. Perfecta según se mire, claro. Sus compañeros también dimitieron. El Espanyol jugó desanimado, sin respuesta. Fue un equipo en retirada, al que, parece, ya no le va nada en esta historia. Al entrenador, el primero. Quique Flores, cobardón como él solo, perdiendo, sacó del campo a Piatti por Darder. Una de esas 'delicatessen' de entrenador. Lo de los periquitos fue una capitulación en toda regla.

El Betis jugó vivo pese a que la desangelada noche invitaba a cogerle asco al encuentro. Alejó de la zona de peligro a su mejor futbolista, Gerard Moreno, al que apenas se le vio. La presión del Betis resultó muy efectiva. Ordenada y enérgica. La rapidez de Bartra y esta versión muy mejorada de Mandi evitaron despistes o contragolpes. Y como continuamente el balón le caía a Fabian, a Guardado o a Boudebouz, era cuestión de tiempo que llegaran los goles. En 56 minutos, el partido estaba resuelto. Un zurdazo Boudebouz lo dejó finiquitado. Su visión de juego se fue imponiendo con el paso de los minutos. Irregular como suelen ser este tipo de jugadores, ha encontrado Setién a un futbolista que encaja estupendamente en su forma de juego. El 2-0 abrió la noche más plácida de la temporada. Francis cerró la fiesta con un tirito que dejó en evidencia a Pau López, otra vez. El Betis ganó y lanzó un mensaje: no va a decaer. Posiblemente haya llegado al tramo final de la temporada en el mejor momento de forma.

 

Ficha técnica:

 

Real Betis (3): Adán; Mandi, Bartra, Jordi Amat; Francis, Javi García, Fabián, Guardado (Durmusi, minuto 72), Junior; Boudebouz (Tello, minuto 80) y Loren (Sergio León, minuto 75).

RCD Espanyol (0): Pau López; Marc Navarro, Duarte, David López, Aarón; Granero (Dídac, Vila, minuto 82), Víctor Sánchez, Carlos Sánchez, Piatti (Darder, minuto 46); Leo Baptistao (Sergio García, minuto 70) y Gerard Moreno.

Goles: 1-0, minuto 33: Junior. 2-0, minuto 56: Boudebouz. 3-0, minuto 70: Francis.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea, vasco. Amarillas para Víctor Sánchez, Francis, Darder y Dídac Vila.