Lo que pudo haber sido y de momento no es

Viene Valverde el próximo domingo, técnico que casi siempre estuvo en la agenda de Monchi

José Antonio Jiménez 13/12/2013

El desembarco en Nervión de Ernesto Valverde es la excusa perfecta para recordar las veces en las que el extremeño estuvo muy cerca de defender los intereses deportivos del Sevilla FC. Tanto de jugador como de entrenador. Hagamos memoria.

A comienzos de los años noventa del siglo pasado, Valverde era un marginal en el Barcelona de Johan Cruyff. Y eso que el cuadro culé había puesto todo su empeño en firmarlo tras bordarlo en el Espanyol. El Sevilla, que no andaba muy sobrado de buenos arietes, lo quería a toda costa. Todo estaba atado y bien atado con los dueños del Camp Nou… hasta que el nacido en Viandar de la Vera (Cáceres) le dijo no a la suculenta oferta que Luis Cuervas le había puesto sobre la mesa. ¿La causa a tal negativa? Ver con mejores ojos la opción de jugar en el Athletic de Bilbao (recordemos que años atrás ya había militado en el Sestao de Javier Irureta, Gonzalo Arguiñano y Primi). Volver a tierras vascas pesó más que el dinero que en la capital hispalense podría ingresar en su cuenta bancaria.

Ya como entrenador también estuvo muy cerca de formar parte de la estructura nervionense. Su buena labor en el Espanyol y que Manolo Jiménez no contara con el favor de la grada motivaron unas conversaciones entre los rectores blancos y el propio Valverde que nunca llegaron a buen puerto. Alcanzar la Champions rompió en mil pedazos un contrato que ya comenzaba a redactarse.

Aunque lleva sonando muchos años, Ernesto Valverde es un profesional que sigue sin tener al Sevilla FC entre los clubes que han retribuido sus buenas maneras como técnico.