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2-1: Cuarto, seguro. ¿Tercero...?

El Sevilla gana con apuros aunque con justicia ante un Celta que en ningún momento se entregó

Lucas Haurie
Lucas Haurie
27/04/2017

El Sevilla disputará en agosto la previa de la Liga de Campeones. Como poco. Con la victoria de ayer contra el Celta, mantiene los ocho puntos de ventaja sobre el Villarreal, más el comodín del Osasuna en la última jornada, cuando sólo quedan doce en liza. Pero hay más: este marcador, arrancado con fórceps al propio estado depresivo, hace bueno el tropiezo del Atlético del martes y sólo el ‘goal average’ separa ahora a los sevillistas de la tercera posición.

Dio la sensación, al comienzo, de que los titulares del Celta le iban a amargar la noche a un Sevilla apelmazado, como no podía ser de otro modo cuando su entrenador le había entregado la manija a Ganso. Fue un espejismo, Iago Aspas y sus socios tienen la cabeza en la semifinal europea y no habían ido al Sánchez Pizjuán a jugarse la pierna, sino a no amojamarse antes del compromiso con el Manchester United. Total, que entre uno que no quería y los locales, incapacitados para el cambio de ritmo desde hace meses, la primera mitad resultó un puro bostezo. Para escarnio de los dos afamados entrenadores, es justo añadir.

Fueron más los sucesos que el fútbol los que animaron los primeros minutos de la segunda mitad, en la que sin solución de continuidad ocurrieron tres cosas sustanciales: marcó Correa un gol de bella factura que debería haber cerrado el encuentro; no fue así porque Lenglet regaló un penalti que resucitó al mortecino Celta; y se suicidaron los gallegos mediante una absurda expulsión del Tucu Hernández que los dejó durante más de media hora en inferioridad, a merced de su anfitrión. Para que la superioridad numérica no fuese efectiva, Sampaoli mantuvo en el campo a Ganso, cuya presencia en un partido de élite sólo cabe calificar como extravagancia. Frente al Formentera y al Granada, que en estos momentos no es mucho mejor que el representante de la Tercera balear. En esos partidos casi de barrio, el brasileño luce; contra futbolistas profesionales, parece un caniche enfrentado a los galgos del canódromo. Da penita, el pobre.

Escudero y Nasri estamparon dos trallazos en el palo e Iborra, en el rechazo del segundo, erró de forma clamorosa al querer remachar con el muslo. Como por arte de magia, el partido quedó resuelto cuando Sampaoli se decidió a sacar a Ben Yedder, su mejor delantero. El francés, sacrificado por su técnico sucesivamente para intentar que triunfasen sus compatriotas Vietto y Correa, coló en la jaula la primera pelota que tocó. Y tres puntos a la bolsa. Es un empeño, el de renunciar a su goleador más acreditado, a medio camino entre la cabezonería y la xenofobia. Todavía hubo tiempo para que el Celta asediase a Sergio Rico, lo que propició cierto enfado en la grada y una tremenda sensación de alivio cuando Gil Manzano decretó el final del choque.

 

Ficha técnica:

 

Sevilla FC (2): Sergio Rico, Mariano, Pareja, Lenglet, Escudero, Iborra, N’Zonzi, Sarabia (Nasri, minuto 63), Ganso (Kranevitter, minuto 86), Correa y Jovetic (Ben Yedder, minuto 75).

RC Celta de Vigo (1): Sergio Álvarez, Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny, Radoja, Daniel Wass (Bongonda, minuto 81), Pablo Hernández, Sisto (Beauvue, minuto 85), Guidetti (Roncaglia, minuto 64) e Iago Aspas.

Goles: 1-0, minuto 48: ‘Tucu’ Correa. 1-1, minuto 52: Iago Aspas, de penalti. 2-1, minuto 78: Ben Yedder.

Árbitro: Gil Manzano, extremeño. Expulsó por doble amarilla a Pablo Hernández. Cartulinas amarillas para Pablo Sarabia, Hugo Mallo y Cabral.