Disfrutar con los partidos de los rivales

Vía de Escape

Paco Cepeda 05/05/2022

El Sevilla puede que logre el objetivo, que es meterse entre los cuatro primeros del torneo, pero las sensaciones son las que son y es hasta difícil imaginar cómo puede ganar algún partido de los que quedan con ese nivel de juego, porque además es una tendencia que viene de lejos. Cada encuentro es un decálogo del quiero y no puedo, un sufrimiento constante que se contagia en la grada, cuando toca jugar en casa, y que se ha vivido en ya demasiados encuentros, yo diría que toda una temporada, incluso cuando se ganaba y se le peleaba numéricamente la Liga a este gran Real Madrid de Ancelotti que no deja de milagrear. Yo diría que el sevillista, ahora mismo confía más en los petardazos de los rivales, que se están dando cada semana, que con los partidos propios. El ejemplo es la última jornada: el Sevilla es inferior al Cádiz, salva un punto en casa, se lleva la pitada que venía acumulando en la barriga su fiel grada desde hacía tiempo, pero llega el sábado, el domingo y hasta el lunes, y el resto de los aspirantes a la Champioms League, menos el Barcelona, que tampoco enamora precisamente, y hacen casi bueno el pírrico empatito de las narices. Real Sociedad y Betis firman tablas en sus duelos y Atlético de Madrid pierde. También cae derrotado el Villarreal, el próximo rival, que está demasiado lejos para ser enemigo en la lucha por los puestos Champions pero que necesita el triunfo como el comer para no verse fuera incluso del pestiño ese de Conference League. Así de triste está la cosa en estos momentos. Por eso se necesita una sentada analizando todo de todo para que no se den campañas como ésta ni siquiera consiguiendo el objetivo de campamento base.