Un día D

Vía de Escape

Paco Cepeda 28/02/2019

Lejos de lo que muchos pregonan y creen, los éxitos en empresas tan singulares como las futboleras no vienen de poco a poco. No suelen ser fruto de una sesudo plan genial. Otra cosa es el tamaño de club, su economía, su peso, donde claro que es mucho más relevante la denominada planificación o plan estratégico. El buen dirigente debe estar preparado para el éxito, para cuando llegue. Hoy estamos en uno de esos días en los que el Betis puede dar diez pasos adelante de una tacada. Da igual que las estructuras no estén engrasadas del todo, hoy es un día clave, un día D, en el que 11 jugadores (tal vez 14) y un cuerpo técnico tienen en sus manos, en sus pies y cabeza más concretamente, la posibilidad de meter a un equipo, a un club  hambriento de gloria, ni más ni menos que en una final de Copa ante el Barcelona que por la audacia de sus dirigentes se jugará precisamente en el Benito Villamarín. Eso es crecer de golpe, aquí y ahora. Eso justifica hasta que se presente una camiseta del Día de Andalucía que se va a sacar en el calentamiento y luego va al cajón. Hasta esa extrañeza, por llamarlo de una forma suave, se aguanta porque lo que viene es muy gordo. Y en esta ocasión, si al final el objetivo se logra, debe servir como el principio real de algo, como un hito que ayude a asentarse en la mesa de los equipos que pelean por esos restos que dejan de vez en cuando los voraces gigantes de nuestro fútbol. Subir de estatus y poner al Betis en un lugar privilegiado para año a año ser más fuerte como entidad. Pero todo eso es posible porque hay un día D, uno que lo puede cambiar todo. En Europa hace muy poco se gastó una bala que lejanamente se le parecía. La de hoy es más clara. Hoy toca no fallar, sabiendo que el rival no es justamente de los más sencillos, ni Mestalla es el campo más agradable. Por eso el logro tendría más valor.