El gen perdedor

Vía de Escape

Si damos por bueno que existe un gen ganador, aplíquenlo al equipo o deportista, incluso persona, que ustedes mejor entiendan, podemos llegar a la conclusión de que también existe el perdedor. Como veo que mis compañeros de ventana de opinión, de friso, realizan introitos muy elevados apoyándose en grandes literatos y pensadores, especialmente los señores Haurie y Fernández destilan mucho de lo último que están leyendo, yo, más humilde intelectualmente y en todos los sentidos, acudo a un género 'chico' como el cine para fundamentar la mini teoría de los genes. El protegido (Unbreakable), una peli de M. Night Shyamalan con Bruce Willis y Samuel Lee Jackson en su reparto, va de un señor que se siente un antihéroe y entiende que en el otro lado de la balanza debe estar un héroe. Si su físico es de cristal, alguien lo debe tener de acero. Pues bien, volvamos al fútbol, hoy según Sevilla. El resultado ya lo conocen todos, la mayoría de los que ahora me leen, habrán visto el partido, un porcentaje elevadísimo de este grupo incluso habrá escuchado parcialmente o íntegramente a Caparrós y Setién. Así que os considero, queridos lectores, bien informados como mínimo en este punto. Me centro en Setién ahora. Su rueda de prensa precisamente mostró todos los defectos de dentro del campo, los de su equipo. Ya sabemos todos que sus conjuntos tocan la pelotita, es una evidencia, pero muchas veces no compiten, que es otra cosa. Una y otra vez no puede, no debe, apelar a que si encerramos a los rivales, que si los sometimos, que si les quitamos el balón... para apuntarse esos triunfos inexistentes por si no llega el otro, el que vale, el triunfo que recoge el árbitro en el acta. Cuándo narices se va a enterar Setién de que su trabajo principal es optimizar recursos, no insistir en lo mismo para tener que explicar tantas veces cuál fue el motivo para no ganar.

Setién consagra con esa manera de entender el juego un gen perdedor que no le conviene a ningún equipo de fútbol. Setién tiene cada día más problemas futbolísticos, y se sigue centrando en lo vistoso de sus centrocampistas. Setién tiene un problemón en defensa, que requiere de su pericia para intentar arreglarlo, y Setién tiene una delantera sin gol, pero cero, la peor de España, pero mantiene on fire a Lo Celso y Tello. Por tanto, cómo diablos puede dejar a Tello en el banquillo, un tipo que con sus pérdidas de balón, algunas, que debe ser lo que no le gusta a su técnico, resulta que mete goles o asiste todos o casi todos los días. Setién no ve el fútbol, sólo ve su fútbol, el que él tiene en su cabeza, no el real. Y parte del Betis, muy relevante, compra esa moto, que puede estar bien, pero que necesita de otro mecánico. 

En el otro lado de ciudad anda Caparrós con un capirote muy tieso, por lo que cuenta. Todos sus cambios empeoraron la cosa (Monchi tiene curro del gordo), sencillamente porque eran peores que los titulares, pero mucho peores. Como los titulares no aguantaban, por lo que sea, el técnico de Utrera tuvo que empeorar a su equipo. Si Caparrós tiene dos centrales serios y un punta veloz y punzante en la recámara, en ese fútbol ficción que tantas veces propone Setién, le caen al Betis cincoo seis. Sin embargo, Setién no podía empeorar, porque sentaditos junto a él tenía a dos de los mejores jugadores de su plantilla, comiendo pipas imaginariamente. Efectivamente, pudo empatar el Betis, incluso ganar, pero no lo hizo. Y como eso pasa mucho, y como su entrenador no reacciona, pues ustedes me dirán si el gen perdedor se debe alimentar y potenciar. Parafraseando a Luis Tevenet, un pensador a la altura de los iconos de Haurie y Fernández, yo pude ser director de la BBC, pero me dijeron que no en vez de sí. Pues eso, señor Setién, deje de explicar las maneras que tiene de perder partidos un equipo y céntrese en mejorar lo que ya sabemos que tiene, aquí o casi mejor en otro sitio, si no quiere que en el campo del Sevilla griten a coro eso tan hiriente de "Setién, quédate".