Enésima teoría sobre qué narices le pasa al Betis

Vía de Escape

Paco Cepeda 15/05/2019

No salgo de mi asombro con lo que genera el Real Betis, para lo bueno y lo malo. No puedo entender que la figura de un entrenador que ahora pierde más que gana divida a una institución de esta manera. No puede ser. El Betis, después de la cruzada contra Lopera, ha encontrado su camino: dos señores que se han rascado el bolsillo, que tienen ciertos conocimientos e ideas de nuestros tiempos, y un tercer señor que sabe de fútbol y que despierta un consenso que roza la unanimidad entre béticos. Haro y Catalán más Serra. Eso debería ser suficiente para no tirarse los trastos a la cabeza a la primera de cambio. Pero no es así. La cuestión de fondo tiene que ser mucho más relevante que la de prescindir o no de Setién. Yo, sin ser sociolólogo ni estadístico, me atrevo a decir que en estos momentos, sin un cambio de discurso convincente de los que mandan, sin una pedagogía sobre la estrategia del club mucho mejor explicada, sin una actitud de Setién distinta, es imposible mantener al entrenador, incluso con esos cambios ahora inesperados, tendría mis dudas, pero no me quiero centrar en realidad otra vez en lo del entrenador. Lo que ahora pienso es que el Betis se bloquea por esa manera tan retorcida que tienen de pensar los dirigentes y ese entorno casposo que ese sí que parece eterno. El Betis de esta gente es un Betis que se siente maltratado por todo y por todos, desarrolla por tanto un instinto de protección que es tan alto que se pasa de rosca. Convierten cada crítica al Betis en un ataque a la esencia de la entidad. Hacen ver que la única forma de ser bético es la que ellos sienten, y todo lo demás es de sevillista o de mal bético. Así que todo aquel que no le guste lo que hace Setién, por ejemplo, si lo dice cinco minutos antes de que lo decidan los que son garantes del verdadero beticismo, se convierte en un enemigo por y para siempre. Me da la impresión de que los bandos del Betis, ahora, no son los que son de Setién frente a los que no lo son. Mantengo que los dos bandos son los que están en contra de Setién frente a los que están en contra de los que están en contra de Setién. No sé si me explico del todo bien, espero que sí.