Ser club y parecerlo

Vía de Escape

Paco Cepeda 13/08/2020

Hoy nos vamos a referir excepcionalmente a un equipo de los que sólo nos importa un par de veces al año para tratar de explicar lo importante que es ser y parecer club, incluso por encima de las decisiones, hasta de los movimientos del mercado. El Villarreal de los Roig es un club respetado en España, hay recorrido, hay trayectoria, hace cosas raras de vez en cuando, como despedir a un entrenador para contar con él en el mismo año y después volver a echarlo cuando va como un tiro. Pero en líneas generales hace cosas coherentes y tiene su estilo y su sitio. Por eso, cuando firma a Kubo, Coquelin y Parejo, más Emery, todos nos partimos las manos aplaudiendo. Es un club que genera confianza, en general. Pero si no fuera así, si pensáramos que estuviera en manos de botarates diríamos, al menos algunos, que Kubo es un niño que acaba de colaborar en el descenso del Mallorca, que los dos del Valencia eran los titulares en el centro del campo del peor Valencia de lás últimas décadas y que Emery ni en París ni en Londres encontró rumbo alguno. Esa sería la otra lectura. Y todo comenzaría torcido. Todo es verdad, todo puede ser mentira. Será el día a día de un club como el Villarreal lo que marque si lo que ha hecho, ahora muy aplaudido, ha sido una genialidad (que es lo que parece) o si ha sido una charlotada y que los han engañado en media España. Parejo es un fenómeno o un tipo que hace cientos de kilómetros para torear a una vaquilla cuando no debe. Depende de si el club que lo tiene que meter en cintura tiene capacidad para ello o no. Esas son las decisiones del día a día que luego significan rendimiento o todo lo contrario. Eso es lo que quería contar hoy, que tan de moda está el Villareal y seguramente con razón.