De Gudelj como síntoma de la decadencia
La tregua
Lucas Haurie 19/09/2022 |
Igual que en Copenhague el miércoles, el Sevilla arrancó del campo (prestado) del Villarreal un punto de cierto mérito, de enorme mérito visto el estado actual de las cosas. Entre los futbolistas destacados en ambos partidos, se contó a un Nemanja Gudelj mucho más confortable en el puesto de central que de mediocentro, donde rechinan más sus flaquezas técnicas. El serbio, de cuyo compromiso y profesionalidad jamás nadie dudó, termina como titular indiscutible un verano durante el que lo conminaron de todas las maneras posibles a buscarse otro destino. Monchi y Lopetegui tenían claro que este honrado futbolista no podía tener cabida en un proyecto ganador. Pues hoy sí cabe en el Sevilla, ¡y de qué manera!, así que pongan ustedes mismos al proyecto el calificativo que les plazca.
Gudelj llegó hace tres veranos desde el fútbol chino como agente libre, empujado por su cercanía al universo Mendes/Bucero/Lopetegui. Al no conllevar su reclutamiento el pago de un traspaso, se beneficia de una jugosísima soldada que pesa lo suyo en las cuentas del Sevilla y, por supuesto, en su empeño en cumplir su contrato hasta el último día. Si es cierto que le han llegado ofertas, ninguna es por una cantidad ni remotamente cercana a lo que cobra. Se quedó siendo consciente de su rol secundario, la temporada pasada no fue inscrito para la Champions, y ahora luce galones de capitán general. ¿Se ha transformado de repente en un crack? No, ha bajado dramáticamente el nivel de la plantilla.
Un Sevilla en el que Gudelj es titular, y lo es con justicia porque la competencia ha dimitido, es un Sevilla risible en la máxima competición europea y que suda sangre para sumar cinco puntos en seis jornadas, guarismo raquítico que proyecta menos de 35 al final del campeonato. Aun delante de esta evidencia, resulta una palmaria injusticia criticarlo a él, que ofrece justo lo que da de sí, sin mencionar a otros (muchísimos) compañeros que rinden muy por debajo de sus estándares. Joan Jordán, el gran Fernando, Rakitic, Delaney, los frágiles Rekik y Marcao (¿no predecía el big data sobre su propensión a lesionarse?), el desconcertante Nianzou, por solo nombrar a quienes se desenvuelven en las posiciones que cubre el esforzado Gudelj… ¿Ninguno de ellos volverá a parecerse nunca a un futbolista solvente? Mientras ellos no mejoren, habrá que seguir alabando al abnegado Gudelj; y habrá que seguir rezando por la permanencia.
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