Qué bonitos son los goles de Alfonsito
La tregua
Lucas Haurie 16/01/2022 |
Eso sonaba en el Benito Villamarín, justo es recordarlo ahora que el Betis se asoma de nuevo a las rondas finales de la Copa, durante las dos etapas en el club del apellidado Pérez Muñoz, legendario delantero que participó en el subcampeonato de 1997 y en el título de 2005. De cantes y de Alfonso, el portero Pastor a quien por su juventud cabría aplicarle también el diminutivo, habría de ir también la crónica de un partido decidido por dos estrellas, Fekir y Canales, que marcaron gracias al colaboracionismo de un guardameta estrellado. No es justo hacer sangre con el cuarto portero del escalafón de Lopetegui, que afrontó una papeleta de aúpa, pero tampoco conviene ignorar su responsabilidad. Tiempo tiene de asimilar la dura lección de que la élite no espera ni perdona.
Más allá del millón de circunstancias extradeportivas que nos ocupan, el partido fue atractivo en sus dos –asimétricas– mitades. Ciclónico el Betis sabatino, con su presión que asfixió a un Sevilla demasiado certero, hasta para sus asombrosos estándares, en la acción del 0-1. Y taimados los visitantes el domingo, con un cambio de hombres y dibujo que lo habrían llevado al triunfo de haber persistido en las virtudes que lo tienen volando en la Liga: firmeza atrás y puntería cuando se tercia. Pero se disfrazó por un rato el estético Pellegrini de pragmático Lopetegui y supo encontrar su equipo la falla en la portería rival, protegiendo la propia con concentración más la pizca de fortuna necesaria para que el cabezazo de Koundé muriese en el larguero.
El elenco de cuartofinalistas es poco menos que chistoso, hasta ahora, pero no hay que fiarse porque la caballería aparecerá entre el miércoles y el jueves para convertir en apasionante el sorteo del viernes, que puede deparar un paseo contra el Cádiz en casa o un dolor de muelas en el campo de un grande. Como el año pasado, Pellegrini ha puesto al Betis a tres partidos de una final y es ese merodeo permanente por la gloria la mejor receta para agarrarla a nada que los hados sean propicios. Este club no tiene nada mejor que hacer los próximos meses que intentar ganar la Copa del Rey, para lo que se antoja obligatorio instalarse en la creencia de que es posible. El entrenador y algunos jugadores están convencidos. ¿Y usted, amable lector bético?
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