muchodeporte.com : Lucas Haurie

Moda es lo que pasa de moda

La tregua
Lucas Haurie
Lucas Haurie
08/07/2018

Buscaba información sobre Coco Chanel cuando encontré esta frase del cineasta Jean Cocteau, su amigo, que podría aplicarse perfectamente a lo que ha ocurrido en este Mundial: “La moda es aquello que pasa de moda”. La legendaria ‘couturière’ sí dijo aquello de “la moda pasa pero el estilo permanece”, una máxima a la que la selección nacional se ha agarrado, con persistencia rayana en la cabezonería, para alargar el ciclo virtuoso 2008-12. España ganó gracias a una determinada manera de jugar que, con pomposo patriotismo, quisimos creer que era un estilo destinado a permanecer cuando se trataba sólo de una moda; deslumbrante moda, sí, pero coyuntural y perecedera. Al traje que le sentaba como un guante a Xavi, pongamos por caso, le revienta las costuras Lukaku… sin dejar de ser ambos dos modelos bellísimos.

No es espacio éste, sin embargo, para disquisiciones universales sino para poner el foco en lo más próximo, y ahí anda pues el Real Betis preparando la temporada más exigente en un lustro con su doble alma al frente, el entrenador que todo lo fía a un estilo que es más bien moda y el vicepresidente deportivo que computa puntos y goles como nuestras abuelas computaban lentejas. Suena menos sofisticado el discurso de Serra Ferrer que el de Quique Setién, debido entre otras cosas a las diferentes dotes oratorias que los adornan, pero no conviene dejarse cegar por el brillo de las lentejuelas.

Tan semifinalista en Rusia es el vertiginoso Mbappé como el taimado Roberto Martínez e igual de campeón del mundo puede ser el exquisito Modric que la rotunda Inglaterra porque el fútbol es una actividad en la que el único objetivo es ganar y a él se puede llegar por diferentes medios. La yihad catalana, esa calamidad intelectual financiada por la satrapía qatarí hemos padecido en el último lustro, quiso imponer el toque como discurso hegemónico y casi logró asimilarlo al éxito legítimo, como si los técnicos que preconizaban otras maneras de vencer fuesen unos usurpadores de la esencia. Ese tren barato agarró Setién al llegar, aunque es justo reconocerle que lo alimentó con el carbón de su valentía para explotar las virtudes de los canteranos e hizo que se deslizase sobre los incuestionables raíles del resultado. Este verano, el pragmático Serra tendrá que reconducirlo, otra vez, para que no confunda lo anecdótico (la forma) con lo sustancial (el resultado). Ya advirtió Oscar Wilde que “un tonto jamás se repone de un éxito”.


muchodeporte.com Más Artículos