Las dudas del verano y la alineación de Getafe

La tregua

Lucas Haurie 28/10/2018

Por algún motivo que se escapa y que permanecerá oculto en un bosque de fútiles excusas, ésas que son disciplinadamente amplificadas por los pelotas de guardia, el Betis decidió no comparecer en Getafe. Mal sitio para ausentarse o para vivaquear sin ambición, a la espera de que el equipo local regale los puntos en algún error. Porque resulta que la tropa de Pepe Bordalás, que adolecerá sin duda de mil carencias, no peca precisamente de dadivosa. Al contrario, salen once tíos al césped como bajan los mineros al pozo y ponen en práctica el plan de un entrenador riguroso, pesadísimo, excepcional. Así, obtuvieron el premio de un triunfo merecido y confortable, en una mañanita plácida que convirtió a David Soria en un espectador.

Sin muchos cambios, tres incluido el portero, con respecto al once de San Siro, Quique Setién premiaba a los héroes de Milán y en esa ausencia de rotaciones, tal vez, residía cierto ensimismamiento con el logro que, a la postre, lastró al equipo. No se puede consignar, con honradez, ninguna ocasión verdiblanca en el Alfonso Pérez, acaso un remate que no conectó Sidnei porque no se esperaba que el balón le llegase o un disparo de William Carvalho que el portero local detuvo arrodillado en el suelo, sin sobresaltarse. Otro encuentro que el centrocampista portugués deja ir sin justificar la inversión hecha en él. Todo lo contrario, cada día es más sospechoso.

Las lesiones de Guardado y Joaquín restan brillo a la plantilla de Setién, claro, que también van encontrándose con futbolistas de segundo nivel: el Boudebouz que estuvo en su línea, es decir, desaparecido, Inui, Sergio León, al que ha relegado, el lesionado crónico Javi García, el misteriosamente inactivo Feddal… A lo mejor, no dispone el técnico de tantos recursos como se presume y se impone la prudencia en la expectativa. Eso vino a decir la alineación de Getafe, porque todo el mundo sabía, y Bordalás más que nadie, que tras el subidón del Giuseppe Meazza tocaba el duro aterrizaje en el arrabal meridional madrileño. Setién, en fin, sigue siendo coherente. En esta ocasión, con aquella entrevista veraniega en la que dudaba sobre la capacidad del Betis para competir jueves y domingo. Con él al frente, la respuesta es no. Por ahora.