Alexis evitará el descenso en 2020; alguien debe moverse ya para evitar el de 2021
La tregua
Lucas Haurie 21/06/2020 |
En pleno colapso por desquiciamiento de sus máximos dirigentes, el Real Betis ha hallado una fórmula que debe bastar para salvar la categoría, que es la meta más alta que puede alcanzar un club en las diletantes manos de Don Haruel y Catalanza. Quedó atrás, gracias al Altísimo, la pamema del big data como método preeminente en la política de recursos humanos y pondrán el equipo al cargo de Alexis Humberto Trujillo Oramas, un entrenador que a sus 54 años tiene dos partidos (saldados con dos empates) intrascendentes por todo bagaje en la élite. No hay cálculo logarítmico que lo recomiende, o sea, pero es posible que el Betis vaya a evitar la catástrofe con una vuelta a expresiones preteridas por la supuesta modernidad de cartón-piedra que preconizan sus mandarines: hombres de fútbol y hombres de la casa.
Alexis no sólo fue un excepcional futbolista, sobre todo a las órdenes de Lorenzo Serra Ferrer, sino que participó también en las otras dos exitosas etapas del mallorquín en el Betis: como segundo entrenador en la histórica cosecha de 2005 y como secretario técnico en la digna campaña de 2018. Su vínculo con el gurú balear, por tanto, es indisoluble a pesar del reciente cimbreo que lo llevó a alinearse con Haro y Catalán cuando éstos asaltaron el poder absoluto a finales de la pasada primavera. Cometió un error al poner su prestigio como escudo para que sus jefes zascandileasen en torno a la lucrativa política de fichajes. Seguramente arrepentido, porque la condición de buena persona no se pierde, ahora se va a enfundar las calzonas para impedir el descenso y tendrá generosidad para que unos asistentes la mar de aptos (singularmente Juan Merino y Marcos Álvarez) encuentren su sitio.
Mientras, los muchos accionistas con cierto peso en el Betis que han sufrido las sucesivas purgas de Don Haruel y Catalanza, mala leche por hectólitros, maestros de la división y catedráticos en propaganda maligna, ya se mueven para articular una alternativa que reconstruya al Betis de cara a una Liga 20/21 cuya primera jornada se disputa en poco más de diez semanas. Urge moverse deprisa, porque una nueva planificación (¿?) de esta pareja, con las estrecheces económicas a las que ha conducido su anonadante concatenación de errores, tiene toda la pinta de terminar en tragedia.
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