La vigencia del argumento de autoridad
La tregua
Lucas Haurie 08/07/2020 |
Los filósofos medievales desconfiaban del argumento de autoridad (magister dixit…) y Tomás de Aquino, santo para los creyentes y sabio para toda la Humanidad, lo debeló como “el peor de los razonamientos”. Muchos pensadores escolásticos, sin embargo, construyeron su obra sobre bases como los textos de Aristóteles o las Sagradas Escrituras, fuentes de prestigio que no debían ser sometidos a la crítica. Todavía Renato Descartes, ni más ni menos, lo usó en pasajes de su “Discurso del método”. El machadiano Juan de Mairena, ya radicalmente racionalista, tenía claro que “la verdad es la verdad: dígala Agamenón o su porquero”, pero es ésta una controversia sólo vigente en los ámbitos científico y académico. La vida real, económica e industrial, con su factor humano incorporado, es otra cosa.
No conviene caer, así, en la simpleza de pensar que es lo mismo Rubi que Pellegrini, comparación tan estúpida como la del tocino y la velocidad o la castiza de Dios y el gitano. (La yuxtaposición de sus nombres, Rubi & Pellegrini, los convertiría en una atractiva pareja de payasos de circo antañón.) El futuro entrenador del Betis es un técnico de reconocido prestigio, respetado en todo el orbe por su trabajo en grandes clubes europeos e hispanoamericanos y, en suma, con el culo “pelao” de posarlo sobre los más prestigiosos banquillos. Su antecesor cuasi inmediato, interregno de Alexis mediante, cuenta casi por descensos sus experiencias en Primera y cimentó su elección en una rocambolesca combinación de resultados que, hace poco más de un año, llevaron al Espanyol a la Europa League.
¿Significa esto que el Betis alcanzará el éxito la próxima temporada? Aquí viene el argumento de autoridad refutado e inverso (asinus fecit…), ya que casi puede garantizarse que, en un mundillo real, económico e industrial como el del fútbol, ni siquiera los aciertos traen buenas consecuencias si éstos corren a cargo de gestores ineptos. ¿Es un acierto fichar a Pellegrini? Sí. ¿Son Haro y Catalán gestores ineptos? También. No es lo mismo Rubi que Pellegrini, claro que no, como tampoco es lo mismo Jonas Martin que Fekir. Ocurre, sin embargo, que los resultados son parecidos con Jonas Martin (decimoquinto, 39 puntos) que con Fekir (por ahí, por ahí) cuando el club no ofrece a sus profesionales los recursos, muchos de ellos intangibles, necesarios para alcanzar el éxito. Los gestores ineptos, en cambio, sólo ofrecen un dineral –que en este caso no es suyo– y una flauta para ver si por ventura suena.
Muchos béticos esgrimen el nombre de Lorenzo Serra Ferrer como argumento de autoridad, y no yerran. Con el balear orbitando por el Benito Villamarín, con toda seguridad, ni Fekir habría sido tan Jonas Martin ni a Pellegrini se le estaría poniendo cara de Rubi. Peguen el ojo a la mirilla y miren lo que ocurre enfrente cuando está Monchi y cuando no está Monchi.
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