La doble dejación de funciones de Antonio Cordón

La tregua

Lucas Haurie 22/10/2020

Bueno, pues no dirán que no estaban avisados. La llegada de Antonio Cordón, se suponía, iba a racionalizar la dirección deportiva, descabezada tras el cese de Lorenzo Serra Ferrer. Algo peor que descabezada: puesta en manos de un amateur ensoberbecido. El técnico extremeño, que mantiene una relación compleja con la verdad, sí estuvo atinado cuando dijo que fichar no era, tal vez, la más importante de sus funciones: visto el estropicio liado por Josemi y su PC, resultaba más imperioso vender para aligerar la nómina. Pero tampoco, oye, así que ahora toca arrostrar las consecuencias: dos denuncias por despido improcedente de futbolistas liquidados con pésimas maneras (“Kaptoum y Francis, ¿son biricanteranos?”, me preguntaba un lector en un e-mail) y una tormenta de ideas abierta que busca algún eufemismo tragable para la rebaja de sueldo que sufrirá la plantilla.

No dirán, repito, que no estaban avisados. Durante todo el verano y la primera quincena del otoño, el periodismo libre vaticinaba los traspasos de algunos jugadores más cotizados del plantel bético, aun a pérdida, para equilibrar las cuentas. La aritmética es una ciencia sencilla y el club no tiene previsión de ingresos para satisfacer ni de lejos los pagos comprometidos hasta el 30 de junio. Había que vender, no se hizo porque Cordón no fue capaz, se presumió mendazmente con fútil engreimiento de que la estrategia consistía en “conservar el talento” y ahora llega, claro, el Tío Paco con las rebajas. Ni tres semanas de recorrido ha tenido una situación cuya implosión podía vaticinar un estudiante de primero de Económicas, y a ver cómo termina ahora una película que toma por momentos tintes de psicodrama. La gestión del presidente Haro ha quedado desnudada. Continuará. Continuaremos.