La junta de accionistas y lo que viene detrás

La tregua

La clasificación ponderada de la Liga, para cuya obtención basta dividir los puntos entre los partidos jugados, deja al Betis en una posición muy incómoda en esta semana prenavideña y asamblearia. El equipo de Manuel Pellegrini promedia 1,14 puntos por aparición generosamente consumido el primer tercio del campeonato, lo que proyecta en mayo justo la puntuación de 43 que Ruiz de Lopera consideraba canónica para la permanencia. Hasta aquí ha llegado, en fin, la dirigencia que le compró al magnate el club. No da la impresión de ir a descender esta temporada el equipo de Pellegrini y menos todavía parece que vaya a alegrarle a los suyos este invierno de pandemia, así que es el momento de hablar de la junta general de accionistas.

Quiérese decir que el aspecto deportivo 20-21 puede darse por liquidado tras la victoria en Pamplona y el puntito arrancando al Villarreal que espantaron los fantasmas del descenso; y tras la derrota sumarísima en Granada, que certificó el carácter mediocre de este proyecto, lo que quiera que esta palabra signifique y a expensas de que la azarosa Copa obsequie un alegrón. Así, el mayor interés en el Benito Villamarín mana de la tenida de este lunes, cuando los accionistas habrán de decidir si continúa la tenebrosa noche hacia una madrugada de bancarrota o si el solsticio decembrino marca, en efecto, la primera jornada en la que la luz va ganando terreno a la sombra. No en vano, Heliópolis significa “ciudad del sol” y algo contribuirá ese nombre para derrotar a las fuerzas oscuras.

Ha llegado el día, amigos. Uno ya lleva demasiados pronósticos fallidos a sus espaldas como para aventurarse a anticipar quién dirigirá el Betis la semana próxima pero no es previsible que Serra y consortes estén en condiciones de desbancar a un Ángel Haro tan tórpido en cuestiones balompédicas como punzante en las batallas societarias. El 23 de septiembre de 2015, ABA ganó una junta general en la que votaron accionistas que llegaron directamente en un taxi del sepulcro al hotel y volvieron a su eterna morada tras apretar el botón. El secretario que rubricó el acta de aquella reunión todavía sigue en paradero desconocido… No debería ser, sin embargo, la captura inmediata del fuerte el objetivo único de los opositores.

Dentro de un mes, de tres o de diez, el público regresará a los estadios y el bético volverá a poder mostrar su desacuerdo con lo que sus dirigentes están haciendo con el club. Entonces, cuando el estado raquítico de la tesorería dicte a estos malandrines que ya no pueden extraer beneficio alguno, el Real Betis va a necesitar unos dirigentes nuevos que lo saquen del marasmo. Si la alternativa se desmoviliza por un conteo de acciones favorable a Haro, éste ya ha anunciado su intención de ampliar capital para diluir los títulos de los críticos y convertirse en el dueño efectivo de la sociedad. Volver a manos de un tiranuelo o mantener sus socios la capacidad para regir los destinos de la entidad: eso se juega el Betis en este lunes 21 de diciembre, sí, pero también en la primera mitad de 2021.