El camino es la parte más importante del viaje

La tregua

Lucas Haurie 17/03/2021

El 10 de marzo de 2020, con la disputa de un partido aplazado desde hacía unas semanas antes –un Eibar-Real Sociedad celebrado ya a puerta cerrada en Ipurua–, la Primera división se congeló durante doce semanas con once jornadas pendientes, hasta el derbi del 11 de junio en el Sánchez-Pizjuán. El covid-19 había llegado al fútbol español y un año (más una semana) más tarde, tres días después de otro duelo de la máxima rivalidad hispalense, el calendario se ha ajustado en la jornada 27. A seis meses de su inicio y tras recuperarse una miríada de partidos aplazados, el Sevilla-Elche ha puesto al día el calendario más loco de la historia de la Liga. Volvemos a estar con la 27ª jornada completa en los idus del mes del dios Marte, como si nada hubiera pasado.

El fútbol sevillano sigue donde solía antes del coronavirus, con el Sevilla agarrado a la zona Champions y el Betis anhelando volver a Europa. Por el camino, que es lo más importante del viaje, el uno ha sumado un título continental a su palmarés, el otro se asoma al abismo de la bancarrota y se han disputado tres derbis con el saldo archisabido. Es un momento idóneo, por consiguiente, para juzgar el trabajo que ambos cuerpos dirigentes desarrollaron durante el confinamiento duro de la pasada primavera y, excusen la insolencia, para reflexionar cuál de los dos presidentes, si Castro o si Haro, atinó en su gestión de la crisis. ¿Era preferible la cruda realidad del ERTE a su populista evitación? Esas zapatillas tan chulas, ¿te las han traído los Reyes Magos o las ha podido comprar papá después de dejarse los cuernos haciendo horas extras?

Cualquier partido, en definitiva, depende de pequeños avatares que nunca son del todo controlables y el reciente Sevilla-Betis es la prueba de ello: una mala cobertura, una decisión arbitral, una salida precipitada, un remate enhebrado, un salvamento en la raya, un chut que lame la escuadra… Incluso una sucesión de resultados, malos o buenos, puede sustentarse en factores aleatorios que en este año pandémico han podido favorecer al Sevilla en la misma medida en que han perjudicado al Betis. Eso no es grave y puede cambiar, como daba la impresión de haber variado en el mes que antecedió al derbi. ¿Quién predice de qué lado va a caer la moneda? La cuestión aquí es otra: da la impresión de que en el fútbol sevillano conviven un club en plena madurez con otro empeñado en eternizar su adolescencia. Siendo idéntica su base social, la diferencia radica en la capacidad de las respectivas clases dirigentes.