muchodeporte.com : Lucas Haurie

Enhorabuena al premiador

La tregua
Lucas Haurie
Lucas Haurie
17/11/2021

Se cuenta que el editor de cierta revista mexicana, a la que los cárteles de la droga le habían asesinado ya dos corresponsales, recibió el turbador mensaje de “plata o plomo” con el que los poderosos tratan de acallar –ancestralmente y en todo lugar– al periodismo libre. Y se dice que contestó: “Es que el dinero me lo voy a acabar gastando, pero si me meten un balazo me lo quedo para toda la pinche eternidad”. (…). El Sevilla Fútbol Club ha tenido a bien concederle a este portal el premio José Antonio Blázquez en reconocimiento a nuestros veinte años de trayectoria. No falta quien nos advierte de que algo estaremos haciendo mal. Pero…

… pero estamos contentísimos. El lector sabrá, entre otras cosas porque en esta ciudad nos conocemos todos, que no presentamos lo que se dice un perfil premiable. Justo cuando empezábamos, de hecho, la Junta de Andalucía nos concedió un importante galardón y recibió, a modo de discurso de aceptación, un desabrido artículo afeándole que fuéramos los únicos de todo el palmarés sin recompensa en metálico. Éste y otros episodios nos han grajeado una fama de bocazas que ha disuadido, seguro, a mucha gente bienintencionada. Éramos jóvenes y malagradecidos, sí, con ese puntito entre estúpido e irreverente que los años van matizando.

Así, el “Blázquez” del Sevilla lo recibimos, ya con canas, encantados de la vida y derretidos de gratitud. ¿Por qué? Porque nos honra la distinción por el nombre del certamen –ni Dios ha escrito aquí de deportes como escribía él: esta semana, con el España-Suecia, se ha hablado mucho del “Jugador Número 12”. ¿Saben quién acuñó la expresión? Exacto– y por los acompañantes en la distinción, tanto los presentes como los pasados. Pero nos encanta recibirlo, sobre todo, porque es un premio que no dice demasiado de nosotros y sí del club que lo concede sin atender a más criterio que el del jurado. Repasen la lista: encontrarán a sevillistas y a béticos, a locales y a nacionales, a líricos y a críticos, a simpáticos y a desafectos, a jovenzuelos y a talludos, a fachas y a rojos…

El crecimiento institucional del Sevilla, o sea, se ha fundamentado en otros pilares, además de en los indispensables triunfos deportivos. En lo tocante al periodismo, se trata de un club cuyos dirigentes han comprendido la naturaleza misma de una profesión en la que el primer mandamiento es dudar de todo cuanto dicen porque la fuente oficial siempre es parte interesada. Esto puede enfadar, claro, pero debe conllevarse con deportividad. Mi trabajo, por más aprecio que les tenga en lo personal –que no lo niego–, consiste (también) en exponer bien altos cuantos errores entienda que cometen Pepe Castro o Monchi; igual que antes consistía (también), por menos que me gustase el personaje –que tampoco lo niego–, en destacar la brillante gestión de Del Nido Benavente.

La grandeza del Sevilla también se mide por esta capacidad que ha desarrollado para entender que el trabajo de la prensa libre genera prosperidad y sanea las instituciones. Los premios Blázquez (no se me pueda olvidar mencionar al gran Manolo Ruesga Bono, que nombra al galardón de su negociado), que no están dotados económicamente, son una prueba de que ni la plata ni el plomo son necesarios para mantener con los medios una relación cordial y civilizada, incluso con aquéllos que de cuando en cuando suben el tono más de lo recomendable. ¡Y a veces sin razón! En estos actos se suele usar la fórmula “enhorabuena a los premiados”. A mí, aquí, me sale más nada felicitar al premiador.

Sevilla es una ciudad tópicamente dual y por ende pródiga en posibilidades para establecer comparaciones. Sin nombrar a nadie, sería conveniente que otras instituciones se olvidasen de la plata y del plomo –¡Viva México, cabrones!– en sus tratos con la prensa. Sería necesario, para ello, la aparición en sus dirigentes actuales de cierta inteligencia emocional y el abandono de sus descomunales complejos. Peras al olmo, o sea. 


muchodeporte.com Más Artículos