Dos veces afortunado
La tregua
Lucas Haurie 23/11/2021 |
Entre los treinta y dos equipos participantes en la fase de grupos de la Champions, el Sevilla presenta el duodécimo coeficiente UEFA (98.000), de largo el mejor de un grupo G que completan Salzburgo (19º), Wolfsburgo (30º y antepenúltimo) y Lille (32º y último). En términos de palmarés, los alemanes presumen de tres cuartos de final continentales, el último hace un lustro, los austríacos jugaron una final en los años noventa y desde entonces no superan unos octavos, ronda que tienen como techo los franceses por haberla perdido en cuatro ocasiones. Tras cerrarse esta fase el Día de la Purísima, en fin, hasta los friquis del “bloque bajo” admitirán que el emparejamiento con cualquiera de ellos en el sorteo subsiguiente será recibido en el vestuario rival con alborozo, champaña y estruendosa trompetería porque, amigos, el Sevilla cayó en un grupo de auténtico chichinabo.
Dos veces, por tanto, ha tenido suerte el Sevilla en esta edición de Champions que con tanta ambición encaraba (y aún encara): la que le deparó el bombo aquel día de agosto evitándole a los dieciocho mejores equipos del torneo y por haber llegado dependiendo de sí mismo a la quinta jornada pese a haber hecho el canelo (palabra que empieza por ‘gi’ y acaba con ‘llas’, como todo el mundo sabe) en las cuatro primeras, en la que sólo fue tolerable el marcador virgen de Lille. Allí se puede empatar porque el campeón francés, a despecho de sus 14.000 puntos UEFA –frente a los 14.500 del Sheriff Tiraspol–, es un equipo con el vigor y la técnica suficientes como para complicar las cosas en su campo.
Después de la sufrida, con tintes agónicos, victoria contra el Wolfsburgo, deberá el Sevilla ganar al RB Salzburgo para meterse en los octavos de la más potente competición de clubes del mundo. Pocas veces, en verdad, se le presentará una misión tan asequible para cuyo cumplimiento contará, además, con la ventaja añadida de jugar sin público o en terreno neutral. Los austriacos, que rozaban el pase con la yema de los dedos, han perdido sus dos últimos partidos y se encuentran ahora ante la obligación de puntuar contra el coco del grupo para disputar eliminatorias en pos de la Champions por primera vez en su historia. Aunque Lopetegui los agigantará como suele, no son lo que se dice un enemigo temible. ¿De qué van a serlo? Digan lo que digan los tontos del “buen pie”. Caer contra esta gente sería una charlotada, conque espabilen.
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