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El derbi que nadie quería

La tregua
Lucas Haurie
Lucas Haurie
07/01/2022

El gran regalo de las Pascuas, en el sentido virgiliano del término –“timeo Danaos et dona ferentes”–, le llegó al fútbol sevillano en el primer día de las rebajas, con las carrozas de los Reyes Magos bien guardaditas hasta el año que viene. Betis y Sevilla, por orden de aparición, jugarán un octavo copero que nadie quería, por más que ahora los fanfarrones de cada bando icen, desafiantes, la barbilla. ¡A ver qué otra cosa podían hacer! Estos partidos tan emocionales se juegan desde las vísperas y en nada ayuda mostrar lo mal que ha sentado el sorteo o la jindama que les ha agarrado el estómago.

El local, al que precisamente esta condición obliga un poquito más si cabe, es consciente de que está ante una ocasión única para sacudirse los muchos complejos que últimamente le generan los derbis, lances en los que ni siquiera la sapiencia de Pellegrini o la clase de sus estrellas les permiten no ya vencer, es que casi no compiten. Visitará Heliópolis un Sevilla acuciado por las bajas e inmerso en una persecución al Real Madrid que quizá le viene grande y, seguro, le chupa la energía. La perspectiva es halagüeña por todos los motivos, excepto por lo que le cuesta al Betis ganarle al eterno rival. “¿Es que nunca vamos a poder con estos cabrones?”, se pregunta el bético temeroso.

El visitante blasonaba de supremacía ciudadana desde el 0-2 de la primera vuelta, sorprendente por la facilidad con que se dio. La Copa no hay que tirarla en Córdoba o Zaragoza, vale, pero tampoco vendría mal un respiro del calendario mientras arranca el mercado invernal, se restablecen lesionados o regresan los marroquíes. Al Villamarín, sin embargo, no se puede viajar con el espíritu ligero del que tiene entre manos otras cosas más importantes porque una derrota en los octavos dispararía al Betis, armado con toneladas de moral, hacia una primavera con pinta de histórica. Los sevillistas están habituados a ganar en casa del vecino, aunque los temerosos piensan: “Estos cabrones nos tendrán que ganar alguna vez”.


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