Deplorable

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 29/04/2022

Ahí la tuvo el Sevilla y ahí la desperdició. Mucho cuidado. El optimismo tras la victoria ante el Levante se evaporó frente al Cádiz. Nuevamente el Sánchez-Pizjuán se convirtió en un manicomio, con una afición entre ansiosa por lo que perfectamente se puede perder y estupefacta por el penoso fútbol que ve. Todo no va a ser épica. Todo no puede ser el gol a la tremenda en el último minuto. A esto hay que echarle algo, un poquito de fútbol. El del Sevilla simplemente no da. No sé si bastará para el objetivo. Desde luego no para ganarle a un Cádiz que pronto se dio cuenta de que el Sevilla no era nada fiero. Creó sus ocasiones y se llevó un punto con todo merecimiento.

El juego en la primera parte fue deplorable. Creo que por un problema grave que surgió. Gravísimo para Lopetegui. Su equipo marcó pronto. A los siete minutos En-Nesyri cazó un cabezazo. Drama total, pues después del mimuto siete viene el ocho, el nueve, el catorce, el treinta, el cuarenta... Así, hasta el noventa. En lugar de seguir jugando gual, sin mirar la ventaja en el marcador y apretando arriba, el Sevilla se volvió a desconectar con una dejadez de funciones y una cobardía que provocaron la pitada de su público. Eso de que el rival también juega ya no cuela. Fue instantáneo. No dio tiempo a que el rival jugara. El paso atrás es automático. Esta vez no iba ser menos. El Cádiz se lo fue creyendo y si no empató antes fue por su mala puntería o porque la portería nervionense la defiende un bendito como Bono.

Si nefasta fue la primera parte, lo de la segunda cayó en lo inexplicable. Ni un tiro a puerta con peligro. Ni uno. Ése fue el balance ofensivo. Ataques prehistóricos, sin profundidad ni fe. Sin precisión ni desborde, todo en horizontal, fácil para unos centrales que dominaron el área con comodidad. Lopetegui no sabía qué hacer con el partido. Vovió a tirar de un canterano a ver si caía la breva. Empate cantado. Primero fue la racanería, la renuncia continuada a jugar en campo contrario y luego, atrapado por un fútbol de mentira, de toques en el área propia, explotó una sideral falta de fútbol. Qué duro va a ser quedarse con Lopetegui si es capaz de amarrar el puesto de Champions, cosa que aún no veo clara.