Adiós a la Champions y no sabemos hasta cuándo

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 03/11/2022

No le hizo falta casi nada al Manchester City para doblegar a este pobre Sevilla. Fue salir De Bruyne, Rodrigo, subir algo la presión y empezar a resolver la papeleta. Cayeron tres goles como pudieron ser cuatro o cinco. La otra mitad la aportó el Sevilla, con sus errores infantiles atrás. Cuando se tiene calidad, es lícito intentar salir con la pelota jugada. Pero con este cuadro... ¿para qué? ¿A qué conducce? No caeré en la trampa de culpar al entrenador, pero Sampaoli me está decepcionando. Esa tendencia a jugar sin delantero y al toque ridículo conduce a la nada. Esta vez sí puso a Rafa Mir escorado en la banda derecha. Falló, pero fue de lo poco potable. Al menos, ¡aleluya!, vimos a un futbolista del Sevilla correr con una zancada propia de Primera.

Menos mal que el Manchester City no quiso hacer sangre. El resultado no abre heridas, aunque sí certifica que el Sevilla llega muerto al derbi. Al contrario que Monchi, yo sí pienso que este equipo es nivel Girona, Cádiz o Valladolid. Otra cosa es que sea vistosito, que tenga nombres. Incluso mundialistas. Pero el equipo es malísimo. Por esta simple razón no sé cómo podrá salir vivo del Villamarín. No tiene una sola virtud a la que agarrarse. Perfectamente, puede hacer una buena primera parte y encajar tres goles en la segunda. Se cae fácil, se desmorona, no tiene líderes ni carácter. Con razón el beticismo se frota las manos. Lleva mucho tiempo esperando un derbi así. Todo lo que no sea una humillación creo que dejaría hasta mal cuerpo entre los vibrantes aficionados locales. A este punto ha llegado el Sevilla. Qué barbaridad.