La reconstrucción

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 26/11/2022

El Sevilla tiene por delante un toro astifino. Más bien, el morlaco ya está en la plaza y empitonando la femoral. Se han hecho las cosas tan mal en verano que ahora lo que toca es una especie de liquidación por derribo, una reconstrucción gracias a la cual deben salir cinco o seis jugadores por una puerta y para entrar por la otra otros cinco o seis. Los puestos están claros: uno o dos centrales, un mediocentro y dos jugadores de ataque, delantero y extremo.

Creo que al final tal cambio no será posible de llevarlo a cabo. Evidentemente, todo dependerá de las salidas. Pero es que he ahí la cuestión. Liquidar a los jugadores así como así -o sea, pagando- es imposible. Ello costaría decenas y decenas de millones de euros. Con los números del club apuntando a la ruina, todo debe ser consensuado. Es decir, que lleguen las esperadas ofertas. El perfil de jugador del Sevilla, semiacabado o acabado entero, no se suele abrir al cambio. Con todo hecho, ¿por qué perdonar dos años de ficha? Lo más antiguo del mundo. Quitarse las fichas ya sería un gran éxito.

Así que ya me dirán cómo se lleva a cabo el trabajo. Un club modélico hasta hace nada ha entrado por un camino sorprendentemente torpón, errático, poco ágil en sus decisiones. De repente, o no tan de repente, aquí se ha pasado de firmar a Fernando, Koundé y Diego Carlos a darle entrada en los últimos días de mercado a Januzaj o Dolberg. Más la salida de Ocampos, trío de operaciones que considero terrorífico. Será difícil que Sampaoli pueda armar algo parecido a un buen equipo de fútbol. De no brotar un enero muy productivo, la única solución será empatar mucho y rezar para que una puntuación muy baja dé para quedarse en Primera. Por ahora, lo que alumbra es el nuevo Fernando.