Machín explica la verdad del fútbol

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 07/07/2018

No dijo nada que no supiéramos, pero cuando escuché por boca de Machín un mensaje tan elemental como cierto, lo agradecí. Explicó el pasado jueves, a grandes rasgos, la base del buen funcionamiento de un equipo de fútbol: un portero que las pare, un delantero que las meta, vino a decir. Cierto, muy cierto. De hecho la languidez del Sevilla la pasada temporada, su irritante tendencia a la dimisión, obedeció en gran parte al pésimo manejo de las dos áreas. Porteros temblorosos, delantera y segunda línea raquítica de gol. Nada bueno puede salir de ahí. Y con todo, el equipo se mantuvo. Incluso con algún pico histórico. Ahora, con Caparrós al mando, se trata de fortalecer la columna vertebral. Para empezar, se enseña la salida a los dos porteros. Respetando sus contratos, me parece bien. No le veo mucho sentido a seguir con ninguno de los dos. Vendrán dos centrales, seguro. El sustituto de Nzonzi, si es que se va, y una bestia arriba. Ése es el plan. Aunque veo más defectos, el fútbol nos ha demostrado más de una vez que con un buen portero y un delantero que las enchufe, todo mejora. Normalmente te pones por delante en el marcador y, entonces, ya no se juega igual. La confianza crece. Un buen cañonero convierte en oro un pase medio regular. Los centrales despejan bien y no dudan si atrás guarda la portería un compañero competente... En este juego repleto de matices, todo fluye si hay mando en las dos áreas. Por eso me gustó escuchar la simpleza de Machín. Sin teorías, sistemas, ideas, filosofías ni gaitas. Un portero que las pare y gol arriba. Lo estamos viendo en este Mundial. Giménez-Godín, Cavani-Luis Suárez. Courtois salvando y Lukaku-Hazard-De Bruyne machacando. Ésa es la verdad del fútbol. Lo demás son debates más o menos interesantes y seguramente estériles.