Mariano y el mercado

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 29/08/2018

El Sevilla sale a varias tormentas por verano. Cuestión a analizar, sin duda. Todos no pueden desfilar mal y yo ser el que va recto, como nos enseña el viejo chiste. Ese análisis sería quedarse muy a medias. Es verdad que el clima de tensión es exagerado, que seguramente haya una explicación coherente para casi todo. Pero cuando un club vive más veces de la cuenta instalado en la voltereta, urge pararse y actuar con más viveza. La inquietud nace de la confusión en la toma de decisiones. Si de por sí hablamos de una afición con tendencia apocalíptica, cuando le dan un par de motivos...

Las razones para justificar el paso lento han sido variadas y diversas. Primero había que esperar al Mundial. Luego, que el mercado estaba caro. Por último, el cierre del mercado de la Premier. Así, hasta desembocar en el huracán Mariano. Sinceramente, no creo que hubiera servido de nada la llamada previa al Madrid. ¿Para qué? Lo firmado, firmado está. El Madrid hubiera esperado a ver por dónde sale el sol, como es lógico. Y por supuesto, hubiera sido imposible arrancarle una renuncia al derecho de tanteo, con cláusula de penalización en caso de incumplimiento. A veces me pregunto en qué mundo vivimos... Hablamos del club que 48 horas antes de empezar un Mundial dejó a España sin seleccionador. Así que de escrúpulos va justito. Esa llamada ni habría tenido respuesta. Se ha corrido un riesgo, pensando que el Madrid no lo iba a fichar, y ha salido mal.

Más allá de que no venga Mariano, cuestión que tampoco veo tan grave, el problema es la debilidad que se desprende. Hasta la Real Sociedad y el Olympique de Marsella han sido amenazas este verano. Es como si el atractivo del club hubiera decrecido de forma directamente proporcional a como lo ha aumentado el del Valencia, rueda que el Sevilla está obligado al menos a no perder. Y sí, claro, el Valencia es más que el Sevilla. Y juega Champions. Pero es que en los rutilantes años de Champions he visto atacar al Sevilla con Vietto, Ben Yedder o Muriel, así que no todo es la Champions. ¿Saben lo bueno de esto? Que todo es mentira. Es decir, faltan dos días para el cierre del mercado. Una eternidad. Un mundo. Este acalorado batiburrillo puede terminar con la construcción de un muy buen equipo de fútbol. Machín, el mejor de todos hasta el momento, no anda inquieto. Será por algo.