Los suplentes dejan dudas en todos los puestos

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 01/11/2018

Ante ustedes, los suplentes del Sevilla. Coartadas para justificarlos puede haber. El rival no invita, a estos partidos se les coge asco con facilidad, el estado del césped… No obstante, flaco favor es quedarse en las excusas. Precisamente el fútbol consiste en rebelarse cuando las condiciones son desfavorables. Ni un suplente dijo aquí estoy yo. Lo malo es que no fue por falta de actitud. Si fuera por falta de actitud, no pasa nada. Ya la tendrán. Más bien fue por incapacidad manifiesta en la mayoría de jugadores. Todos dejaron dudas, empezando por el portero. Juan Soriano manejó mal el juego con los pies y cantó en una salida que pudo ser el gol del Villanovense. Atrás, Gnagnon está más delgado, pero desde luego se entiende que Machín no tire de él. Aleix Vidal coronó su partido con un penaltón y un tiro a puerta que salió fuera de banda. El trío Roque Mesa-Borja Lasso-Nolito no fue capaz de dominar a un rival de la parte baja de Segunda B. Y arriba, Quincy Promes y Muriel se marcaron solos. Cuarenta millones de euros en el campo para no hacer ni cosquillas a los animosos chavales de Villanueva de la Serena. Con razón Machín miraba abajo pensativo cada vez que lo enfocaba la cámara. "Que no les pase nada a los titulares, por Dios", debía pensar. Y es lógico. De hecho sólo hizo un cambio, para no cansar absurdamente a los titulares y posiblemente para que se viera bien clarito lo que hay. El resultado es lo de menos. Eso sí, ojo: la eliminatoria no está resuelta. Por ejemplo, el 0-0 impide sacar el mismo equipo para la vuelta. Queda terminantemente prohibido. A los Nolito y compañía los elimina cualquiera. Así que ni media tontería.