Un punto que rearma

La fábrica de humo

Miguel Ángel Chazarri 07/03/2020

La primera parte entre el Atlético y el Sevilla fue tremenda. No debe ser menos cuando colisionan dos buenos equipos, con dos grandes objetivos y acostumbrados a los partidos de fango. Realmente, quien metió la tensión fue el VAR, ese invento del que primero recelé, luego me conquistó, y que a estas alturas me tiene desconcertado. No sé qué decir. Desde luego lo estamos manejando muy mal. Me declaro ya el ignorante universal en la materia.

Primero nos dijeron que el VAR llegaba para evitar errores mayúsculos, groseros, indecentes. Bueno, pues no veo en plano alguno (no me vale una imagen congelada) que el balón diera en la mano de Diego Carlos. Así que si la jugada necesita un año de revisión en el monitor, es que es gris. Y si es gris, no es de VAR. Así de simple lo veo yo, aunque seguramente a estas horas habrá salido otra circular que me dejará por embustero. En plena locura, y con riesgo de caída del Sevilla, llegó el penalti cometido sobre Ocampos. Minutos y minutos de revisión para lo que era un penalti descomunal. Qué ganas tenían de no pitarlo… Cómo intentaron quitárselo de en medio...

Luego, por esas cosas raras del fútbol, cuando se esperaba un partido encendido, lo que salió en la segunda parte fue más bien lo contrario. El ejemplo del partido frío. La mayoría de los cambios de Lopetegui fueron para conservar y se logró un punto que en modo alguno hay que despreciar. A Simeone tampoco creo que le venga mal del todo este resultado. Gracias, Cholo, por quitar a Joao Félix. Tuvo tres claras el Atlético para marcar y falló. El Sevilla apostó por la jugada suelta y ahí el Atlético concede poco. Así que esta crisis, que pintaba fea, se ha ido con un triunfo en Getafe, otro ante Osasuna y un buen punto en el Wanda. Y clasificados para octavos de la Europa League.